El Rabí Moisés de León, compilador del Zohar*
escuchaba la queja eterna de su mujer
con los ojos entrecerrados por la congoja.
– ¿Por qué te empeñas en negar que ese libro es tuyo,
escrito con tu propia pluma maravillosa,
y cedes a otro sabio que ya no es de este mundo
no sólo su autoría, sino también la gloria?
– Porque al Rabí Simón bar Yiojai, “Lámpara Santa”**
se lo dictó el Señor, bendito sea Su Nombre,
en lo más recóndito de una cueva sagrada
de Galilea, para darlo a todos los hombres.
Yo sólo ordené sus pliegos, traduje algún párrafo
y traté de explicarme sus velados secretos
dejando una nota al pie, o un breve glosario…
– Siempre fuiste demasiado modesto, ¿no es hora
de hacer algo en favor de tu merecida fama
para que dejes de ser una sombra entre sombras?
– Tú no me entiendes mujer, sólo te importa el brillo
de mi nombre, para jactarte ante tus amigas.
Yo no soy una sombra entre sombras sino el itsmo
entre tiniebla y luz, lo de abajo y lo de arriba.
Yo soy el que ha enhebrado con un hilo de fuego
las páginas del Zohar que nunca han sido mías.
Prefiero ser el sastre de ese traje perfecto
cuyo paño entregó Dios a otras sabidurías.
La mujer soterró su rencor para otro día
y el Rabí se puso las filacterias***, con ellas
vio todo su futuro, que le hacía justicia.
* * *
* El Rabí Moisés ben Shem Tov nació en León en el siglo XIII, y también vivió en Guadalajara y Ávila. Notorio cabalista, a él se atribuye -si no la redacción- la compaginación del Zohar, o Libro del Esplendor, el más importante de la Cábala.
**Uno de los sobrenombres honrosos de este rabino, héroe moral del Zohar, que luchó por la libertad de su pueblo contra los romanos en el siglo I de la Era.
***Objeto de culto hebreo, consistente en dos estuches cuadráticos de cuero, que guardan un versículo del Antiguo Testamento, y correas del mismo material,que se amarran en el brazo y en la frente.