BALTASAR DE ALCÁZAR (1530-1606) por Nicolás del Hierro, poeta
Baltasar de Alcázar (o del Alcázar) nació en Sevilla el 1530, de una familia acomodada de conversos y falleció en Ronda el 16 de febrero de 1606. Militar y político, su sensibilidad y cultura le permitieron escribir y consagrarse a otras artes. Amigo del pintor Pacheco, a través del Conde Duque, hizo llegar la proteción de Velázquez ante el Rey y con el autor de la Rendición de Breda asistían a la especie de academia que tenía en su estudio el primero de los pintores, estudio que alguno de sus coetáneo llegó a calificar como “la cárcel dorada del arte”, donde solían acudir, entre otros, Góngora y Quevedo. De carácter alegre y jovial, estoico por naturaleza, Baltasar jamás buscó la fama y la poesía fue para él un deleite y una recreación. Estudioso a los clásicos latinos, especialmente a Marcial, tomó de éste la ironía, pues si bien no se puede decir que la imita, en buena parte de la obra del sevillano no deja de notarse la influencia que aquél. Veamos unos breves ejemplos.
JOB
A Job el diablo tentó
con tanta solicitud,
que los bienes, la salud
y los hijos le quitó.
Más no pudiendo vencer
su virtud, por inquietarle,
trató de desesperarle
y le dejó… la mujer.
EL ESTUDIANTE
Cierto día un estudiante
al revisar su ropilla,
se encontró en la pantorrilla,
un enorme interrogante.
Siguió el pobrete adelante,
y al ver que en puntos hervía
su calceta, maldecía
diciendo: «¡Cuán bueno fuera
si más estambre tuviera
y menos ortografía!»
CONSTANZA
Dos galanes pelearon
sobre Constanza una tarde:
Mirad, así Dios nos guarde,
para donde lo guardaron.
Si nació la enemistad
de verse un poco apretados,
dos pueden caber holgados
y aún tres a necesidad.
LA NARIZ DE CLARA
Tu nariz, hermana Clara,
ya vemos visiblemente
que parte desde la frente:
no hay quien sepa dónde para.
Mas puesto que no haya quien,
por derivación se saca
que una cosa tan bellaca
no puede parar en bien
A UN GIBOSO DE DELANTE
Un socarrón mesonero
dijo a un giboso al revés:
– No me neguéis esta vez
que cargasteis delantero.
El gibado, a estas razones
replicó: – Es muy importante
llevar la carga delante
quien se halla entre ladrones.
A UNA MUJER ESCUÁLIDA
Yace en esta losa dura
una mujer tan delgada
que en la vaina de una espada
se trajo a la sepultura.
Aquí el huésped notifique
dura punta o polvo leve,
que al pasar no se la lleve,
o al pisarla, no se pique.