EL DESIERTO DE ATACAMA (CHILE): EL MÁS ÁRIDO DEL PLANETA.
Susana Maeztu Almagro
Se extiende por el Norte Grande de Chile, hasta la frontera con Perú y Bolivia, abarcando las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta y el norte de la región de Atacama. Cubre una superficie muy extensa, unos 105 000 km2.
Es uno de los lugares más agreste para la vida humana. Se le considera el más árido de la tierra y en sus parajes se han hecho experimentos científicos debido a su parecido con las condiciones de Marte.
Se trata de una enorme extensión geográfica, con grandes dunas donde destaca el famoso Salar de Atacama .Cuenta además con una gran riqueza minera destacándose la producción de metales desde el Oro y el cobre hasta el hierro.
En este paradigmático contexto geográfico destacamos a San Pedro de Atacama, en el norte Norte de Chile. Se trata de un poblado altiplánico situado en pleno Desierto de Atacama constituyendo un fascinante paraje que deslumbra por sus pintorescas arquitecturas blancas y estrechas callecitas inmersas entre majestuosos paisajes de cordilleras y salares.
San Pedro de Atacama está situado a 2450m de altitud, a los pies de la Cordillera de Los Andes es la puerta de entrada al Desierto de Atacama. Por depender de la actividad turística y ser el punto de partida de variadas excursiones por la región, este encantador pueblo ofrece múltiples servicios a sus visitantes: hostales, restaurantes, Internet, agencias de turismo.
Se encuentra en uno de los tantos oasis que deben su origen a las lluvias que produce el “invierno boliviano” en el desierto. Resulta increíble ver, en medio de la aridez del desierto, la exuberante vegetación formada por chañares, algarrobos y pimientos.
Está considerado el centro de la cultura atacameña con su fortaleza o Pukará, emplazada en Quitor. Sus primeros habitantes desarrollaron una vida agrícola influenciada, al parecer, por el pueblo aymará; en 1425 fue conquistada por los Incas que instalaron su centro administrativo y de gobierno en Catarpe.
Más tarde, San Pedro de Atacama pasó a integrar la historia hispánica con el paso de Diego de Almagro en 1536 y de Pedro de Valdivia en 1540. Los historiadores mencionan que en su primer viaje, Valdivia fundó el poblado por su cercanía con el río San Pedro que le otorgaba abundantes pastos, agua y, en general, tierras aptas para el cultivo.
En San Pedro y alrededores encontramos:
El Museo Arqueológico R. P. Gustavo Le Paige está ubicado en la comuna de San Pedro de Atacama, en la II Región de Antofagasta, Chile. Éste museo pertenece a la Universidad Católica del Norte. La historia de este singular museo se remonta a la llegada a Chile del sacerdote jesuita Gustavo Le Paige, de origen belga, quien en 1955 se radicó en San Pedro de Atacama comenzando su labor pastoral a la vez que el estudio del pasado atacameño. El Padre Le Paige recorrió los cementerios prehistóricos, los talleres líticos y los lugares habitados por la cultura atacameña, y recolectó material arqueológico de incalculable valor.En 1957 inauguró en su casa parroquial el primer museo, que contenía numerosas piezas prehispánicas (cerámicas, líticos, textiles, metales) y momias atacameñas.
Destacamos también el Volcán Licancabur, situado frente a San Pedro y a tan sólo 40 km de distancia, se alza este majestuoso volcán de 5916m de altura. Su nombre significa “cerro del pueblo” y fue venerado por los Incas que, en sus ceremonias, dejaban ofrendas en el cráter de la cumbre. Aún es posible ver las ruinas de altares y campamentos incaicos.
El Salar de Atacama: se llega a él desde San Pedro, en dirección sur. Es el depósito salino más grande de Chile y el mayor depósito de litio del mundo. Su superficie, blanca y rugosa, oculta un gran lago salobre. Su tamaño es de 300.000 hectáreas. El aire seco de la zona da a la atmósfera una gran visibilidad.
El Valle de la Luna: situado a 13 km de San Pedro de Atacama, en la Cordillera de la Sal. Es una pequeña depresión de suelo salino, de 500 metros de diámetro. Su origen geológico es el de un lago emergido: las capas que eran horizontales, hoy están verticales por los pliegues de la corteza terrestre. Así surgieron extrañas formaciones de piedra, sal petrificada y arena, que dan al paisaje una extraordinaria similitud con la superficie lunar. El tiempo y el viento han esculpido enormes figuras de gran belleza como “Las tres Marías”, o un coliseo natural de grandes dimensiones.
Es un lugar mágico en el que es posible escuchar “el sonido del silencio” en un entorno sobrecogedor. Resulta obligado presenciar un atardecer en el Valle de la Luna ya que el paisaje cambia de color a medida que el sol se va ocultando. Declarado Santuario de la Naturaleza, forma parte de la Reserva Nacional Los Flamencos.
Los Géisers del Tatio: los encontramos a 95 km de San Pedro de Atacama. Se encuentran en la Cordillera de los Andes, a 4200m de altitud. Se trata de un campo geotérmico provocado por la cercanía del Volcán Tatio y su gran actividad geológica. A tempranas horas de la mañana surgen, por las altas temperaturas de sus acuosos cráteres, impresionantes fumarolas de vapor –violentos chorros de vapor de agua hirviendo que salen de las profundidades de la tierra.
Concentran gran cantidad de sales minerales que ablandan mucho el terreno. El barro caliente hace que sea peligroso acercarse a ellos; es indispensable visitar el lugar con un guía, de lo contrario se corre el riesgo de caer y quemarse. Resulta un auténtico espectáculo ver el colorido que adquieren al amanecer estas columnas de vapor que alcanzan, a veces, los seis metros.
En este inmenso y paradisíaco entorno descrito se entremezclan maravillas naturales con mágicos poblados rurales y antiguos yacimientos arqueológicos de la cultura atacameña, que dan muestra de doce mil años de ocupación humana. Esta enorme zona abarca el Desierto de Atacama, el más seco del mundo, con sus salares, termas y geiseres, grandes minas de cobre y otros minerales, como la de Chuquicamata, en Calama, y otras a grandes altitudes en el altiplano, y fértiles quebradas y oasis cuyos frutos únicos invitan a tours gastronómicos.
En el altiplano, hogar de pueblos indígenas, la influencia incaica y española se resguarda en antiguos poblados y fiestas religiosas, que hoy siguen convocando a gran cantidad de fieles en distintas épocas del año. Aquí encontramos valiosos vestigios de las culturas originarias en sitios arqueológicos y museos, como el indicado de San Pedro de Atacama, y atractivas ciudades en la costa, como Arica, Iquique, Antofagasta, Coquimbo y La Serena, que te encantarán por sus playas y buen clima, cálido y parejo. En el desierto, en invierno, la oscilación térmica es enorme. Observamos cómo la temperatura varía desde -7°C a 26°C entre la noche y el día.
En el área de Copiapó, el desierto se vuelve fértil gracias a la camanchaca, una bruma que sale del mar y que permite la vida en impactantes reservas naturales como el Parque Nacional Pan de Azúcar y el Parque Nacional Fray Jorge, y entre las ciudades de Copiapó y La Serena –está ultima a 470 km de Santiago–, donde aparecen los valles y sus viñedos, de reconocidos piscos y vinos.
En los campos se siguen aplicando los mismos métodos de cultivo usados hace miles de años. Sus cosechas son un milagro que los atacameños agradecen a la Pachamama (Madre Tierra) a través de festividades y ceremonias religiosas que constituyen un verdadero patrimonio cultural del norte de Chile.
Recorrer los campos de cultivo y observar las viviendas de diseño tradicional construidas en adobe, mientras se es testigo del tranquilo ritmo de vida de sus habitantes resulta, inevitablemente, un viaje en el tiempo.
Si bien el norte de Chile es minero, también es sitio de observatorios astronómicos. Los más impresionantes, Cerro Paranal y Proyecto Alma, confirman a esta zona como tierra de mágicos descubrimientos.
Otra parte integrante de este desierto corresponde a una ecorregión denominada Puna de Atacama, ubicada sobre los 3500 msnm y que es compartida por la vertiente occidental de la cordillerana de los Andes en el norte de Chile, y por la vertiente oriental de la misma en el noroeste de Argentina y suroeste de Bolivia.
Como ya he apuntado el Desierto de Atacama es rico en recursos minerales metálicos —como cobre (Chile es el mayor productor del mundo y cuenta con el 28 % de las reservas mundiales), hierro, oro y plata— y no metálicos —entre los que destacan importantes depósitos de boro, litio (Chile cuenta con el 39 % de las reservas sudamericanas), nitrato de sodio y sales de potasio—. También se destaca la bischofita, una sal de magnesio extraída del salar de Atacama, usada como agente apelmazante en la construcción de caminos.
El origen de este Desierto data de hace unos tres millones de años, siendo en su pasado un lecho marino. Su cambio se relaciona con la llamada corriente de Humboldt. La principal causa del origen del desierto de Atacama es un fenómeno climático global que, en esta latitud, crea desiertos en las costas occidentales de todos los continentes del hemisferio sur. Grandes sistemas estables de alta presión, conocidos como «anticiclones del Pacífico», se mantienen junto a la costa, creando vientos alisios hacia el este que desplazan las tormentas.
Por otra parte, la corriente de Humboldt transporta agua fría desde la Antártica o Antártida hacia el norte, a lo largo de las costas chilena y peruana, que enfría las brisas marinas del oeste, reduce la evaporación y crea una inversión térmica —aire frío inmovilizado debajo de una capa de aire tibio—, impidiendo la formación de grandes nubes productoras de lluvias. Toda la humedad creada progresivamente por estas brisas marinas, se condensa a lo largo de las escarpadas laderas de la cordillera de la Costa que dan hacia el Pacífico, creando ecosistemas costeros altamente endémicos compuestos por cactus, suculentas y otros ejemplares de flora xerófila.
El último factor que contribuye a la formación del desierto es la cordillera de los Andes, que en el norte forma una planicie volcánica elevada y ancha conocida como Altiplano. Así como en el sur la cordillera andina contribuye a capturar la humedad proveniente del Pacífico, en el norte el Altiplano impide el ingreso a Chile de las tormentas cargadas de humedad provenientes de la cuenca amazónica, que se encuentra al noreste.
El Desierto de Atacama es un lugar inmenso, pletórico de belleza natural, de bellísimos contrastes. Constituye un escenario natural, con paisajes inspiradores , donde te encuentras con gente amable y encantadora, autóctona y foránea, que aumenta positivamente las expectativas esperadas.
ALFATUR 15