La Mesa de Ocaña es una altiplanicie, a modo de mesa o péramo , situada al nordeste de la provincia de Toledo. Ocupa un espacio ge gráfico que se extiende por las poblaciones y paisajes situados sobre esta gran llanura alta que enlaza con La Mancha por el Sur y por el Este. Presenta un rico patrimonio cultural y artístico fruto de una historia muy interesante.
Si por algo se caracterizan los pueblos que configuran la llamada Mesa de Ocaña es por dos elementos comunes a todos ellos: los restos de fortalezas medievales, arquitectura militar que recuerda su intenso pasado histórico, y sus iglesias y ermitas, procedentes de las órdenes militares y de los señoríos eclesiásticos. Encontramos ejemplos de la arquitectura defensiva en: el castillo de Oreja en Ontígola, el castillo de Monreal en Dosbarrios, los restos del castillo de Huerta de Valdecarábanos, el castillo y la fortaleza de la Guardia. Entre las iglesias parroquiales tenemos la de Cabañas de Yepes y Ciruelos, ambas del siglo XVI, las de Noblejas y Villamuelas, de estillo barroco, la de Villarrubia de Santiago, estilo herreriano, Villatobas, gótico y Villasequilla, con torre mudéjar, pero , por encima de todas ellas, destaca la dedicada a San Benito Abad en Yepes, conocida como la catedral de La Mancha.
Precisamente a unos cuatro kilómetros de Yepes –dentro del espacio referido dela Mesa de Ocaña- descubrimos una localidad muy interesante Huerta de Valdecarábanos, a la que vamos a hacer referencia.
En ella, además de su típica estructura urbana, en la falda de un prominente cerro, podemos visitar las huellas de un castillo medieval, el palacio de los Loaysa,la iglesia parroquial y la ermita modernista de Nuestra Señora del Rosario.
Esta localidad fue entregada por Alfonso VII a la Orden de Calatrava, propietaria de la villa desde el siglo XII hasta 1538 en que el regidor talaverano Álvaro de Loaysa compró la Encomienda de Huerta, desmantelando el edificio, que en 1575 ya estaba casi abandonado.
Observamos que está situado sobre el cerro aludido a cuyas faldas esta el pueblo. Apenas queda nada de él en pié. Tuvo tres recintos, el más exterior de piedra. Lo que queda es de mampostería y fuerte mortero de cal y es sólo algunos machones y pequeñas cortinas que apenas si se elevan unos metros. Su estilo es de arquitectura militar cristiana del siglo XII.
Su planta es de forma hexagonal y muy alargada (60 metros por 15) conforme al cerro donde se asienta, y con extremos en curva. Tuvo dos recintos exteriores al principal y un foso, y quedan indicios en su centro de un aljibe, o quizá la entrada a un subterráneo, no explorado. Según nos constatan algunos vecinos, las piedras del castillo han servido para la construcción de algunas viviendas antiguas y para construir el cementerio municipal.
La iglesia de San Nicolás de Bari, del siglo XVIII, es otro de lon monumentos sobresalientes de esta localidad. Fue reformada por el modernista Carrasco, discípulo de Gaudí, aprovechando que estaba construyendo la Ermita del Rosario (s. XX).
La Ermita de Nuestra Señora del Rosario de los Pastores, dedicada a la patrona de la localidad de Huerta de Valdecarábano ,está situada en el sur del pueblo y es el monumento más sobresaliente de la localidad. Data de 1910 y es el único ejemplo modernista, en Castilla La Mancha. Fue construida por un discípulo de Gaudí y financiada en su totalidad por los hermanos Acisclo y Vicenta de Mora y Mortero, ricos hacendados de la localidad, que impulsaron la construcción de esta ermita, como lugar para su descanso eterno, cobijados por su Patrona. La ermita fue inagurada el 26 de noviembre de 1910.
Se trata de una obra singular e inédito. Es el monumento religioso más reciente y admirado de Huerta de Valdecarábanos. Se levantó según las trazas del importante arquitecto madrileño Jesús Carrasco-Muñoz y Encina, quien diseñó en Madrid obras como el Gran Hotel Reina Victoria, que domina la plaza de Santa Ana. Contemporáneo de Gaudí, Carrasco-Muñoz fue uno de los introductores del eclecticismo -mezcla de diversos estilos en un mismo conjunto- en España.
Diseñó un edificio de planta rectangular con una sola nave, dividida en cinco tramos por arcos fajones apuntados, estando cada tramo cubierto por bóveda de arista. Fue realizada por un discípulo de Gaudí. Estilo Modernista
La encontramos sobre un cerro desde donde se disfruta de una hermosa panorámica. En ella se combinan brillantes mármoles y piezas de cerámica de colores, resaltando su torre tan típicamente gaudiana, de forma circular, coronada con un chapitel cónico lo que le da una estampa de edificio de cuento de hadas impropio de los templos de sus características en Toledo. Ni mudéjar ni gótico ni barroco. La ermita de Nuestra Señora de la Virgen del Rosario de los Pastores, de Huerta de Valdecarábanos, puede ser considerada por méritos propios como uno de los escasos ejemplos del eclecticismo de inicios del siglo XX en la provincia. Prácticamente, es un caso único en lo referido a arte religioso no sólo en la Región.
La devoción a esta Virgen se enmarca en la estela de otras vírgenes «pastoriles» de España que, según la tradición, se aparecían a profesionales de la ganadería, como es el caso de la guipuzcoana Virgen de Aránzazu. En el caso de la Virgen del Rosario de Huerta, la leyenda dice que se apareció a unos pastores en tiempos de la Edad Media, cuando la localidad tenía una importante actividad ganadera y de paso de arrieros.
Por último destacar el Palacio de Loaysa de estilo renacentista, aunque queda sólo la fachada en piedra, y es actualmente una vivienda particular. La relación de los Loaysa con la localidad viene al parecer cuando el rey Carlos I , vendió la población en el siglo XVI a don Álvaro de Loaysa y Toro un noble distinguido de Talavera de la Reina, como hemos apuntado anteriormente.
“A LA ERMITA DE HUERTA”
Huerta tiene una Ermita preciosa,
de bella y rica arquitectura,
que se eleva hacia la altura,
firme, altiva, y majestuosa.
De jaspe y mármol su ornato,
posee, incomparable belleza,
cautiva su esplendorosa grandeza,
que admiramos con orgullo innato.
Su entorno está engalanado,
de multitud de plantas y flores,
y en jardín se ha transformado.
Morada de la Virgen de Pastores,
Patrona de nuestro pueblo amado,
es la Reina de nuestros amores.
Autor: Tomás Agenjo
Jesús Carrasco-Muñoz y Encina no fué discípulo de Gaudí por que trabajara el modernismo o art noveau.