LA MEDICINA PRECOLOMBINA, por Claudio Becerro de Bengoa

 LA MEDICINA PRECOLOMBINA,

Claudio Becerro Bengoa.
Chamán Azteca
 
 
 

En la creencia de muchos descubridores españoles que esperaban encontrarse al otro lado del golfo de Méjico, unas tribus primitivas parecidas a las que habían conocido en las islas del Este del Caribe, se encontraron con una población de indígenas causantes del mayor Imperio del Nuevo Mundo, con un gobierno y unas ciudades muy bien planificadas gracias a sus  vastos conocimientos  en ingeniería y arquitectura y no digamos cuando conocieron la capital de esa sorprendente comunidad, que eran los “Aztecas”, comparable a cualquier capital de la vieja Europa.

 

   Siguiendo su ruta, en 1520 más o menos, dichos conquistadores españoles se encontraron con otro pueblo, el “Maya”, asentado en la Península del Yucatán y que también, sorprendió por sus conocimientos y más al Sur, ya en plena cordillera de los Andes hallaron el famoso y extenso Imperio de los “Incas”.

 

Incas

  Junto a estas antiquísimas culturas existían otros pueblos, también bastante  desarrollados así como también coexistían otras poblaciones de indígenas, más primitivas,  en un incipiente desarrollo socio cultural, limitados aun a nivel de cazadores nómadas . Sin embargo es de justicia destacar que alrededor del año 1.000 d. C., existió un pueblo el “tolteca” situado en el centro y sur de Méjico que tal vez fuera el primer estado político militar del Nuevo Mundo, descendientes por supuesto de los “Olmecas”, civilización que se remonta a 1.200 años a.C. y cuya edad de oro, correspondió a la época comprendida entre los años 800 a 400 a.C. y que en realidad fueron el fermento que movió a los pueblos de las fases antiguas a un estado mucho más desarrollado, fijando el  molde que estas culturas posteriores en Mesoamérica habían de seguir a lo largo de la historia, estableciendo a su vez el patrón religioso y transmitiendo la escritura que aparece por primera vez en Monte Albán antes de que residieran allí los zapotecos.

     Los aztecas creían que antes de la aparición del hombre en la tierra existió

 una raza de gigantes o dioses, que se habían sacrificado así mismos para el mantenimiento del sol, por lo que el hombre debía de conservar la misma creencia, de sacrificarse, ya que creían que la sangre humana era el sustento del sol, por ello construyen altares para los sacrificios humanos, en donde los sacerdotes con sus cuchillos de obsidiana, extraían corazones,  aún palpitantes, de víctimas humanas, provocando dicho rito o costumbre en toda América Central  enconadas luchas y peleas   por conseguir dichas victimas. Y ello fue uno de los motivos por los que los descubridores  españoles, lejos de otras historias, trataron de subyugar mediante la conversión de los indígenas al cristianismo, erradicando así, esa terrible ceremonia.  Con ello se perdieron aspectos importantes de su cultura, ritos mágicos y fuentes locales de historia y literatura de algunas comunidades. De ahí gran parte de nuestros conocimientos actuales dependían en gran medida de las crónicas de misioneros y conquistadores españoles, junto con documentos aportados por nativos convertidos.

    

  Las culturas precolombinas se caracterizaban en el ámbito sanitario en ser  una mezcla de religión, magia y empirismo, para luchar contra los males y así observamos que la religión invocaba a algunos dioses para que protegiera a sus devotos y otros que por el contrario eran los que provocaban enfermedades. La magia debía su importancia a que se creía que muchas enfermedades eran provocadas por encantamientos de enemigos y por tanto debían de curarse con métodos mágicos. Finalmente, pero menos importante en su escala de valores, era el empirismo que usaba plantas, minerales y determinados técnicas cuyo valor aún hoy en día se utilizan.

    La enfermedad significaba una pérdida de equilibrio entre las influencias favorables y desfavorables y había que buscar la causa de ese desequilibrio.

    En las culturas precolombinas nada se consideraba natural, ni siquiera la muerte y se creía que un poder sobrenatural jugaba con la humanidad, al igual que ocurría en las civilizaciones arcaicas nuestras.

    

 Se supone que la decadencia del pueblo Maya, fue debido a la  enfermedad endémica llamada “vomito negro” o fiebre amarilla, que originó el desplazamiento de estos pueblos, a otras zonas más sanas, quedando sus ciudades cubiertas por la jungla.

 

   Al igual que en todas las culturas primitivas, la función del curandero, hechicero y sacerdote  recaía en la  misma persona. En ese Nuevo Mundo el hechicero con sus vestidos ceremoniales y gestos rituales se arrodillaba al lado del enfermo, frotaba la parte enferma e intentaba extraer mediante succión la causa de la enfermedad y ante la familia y los amigos reunidos alrededor del enfermo se saca de la lengua, con gestos grotescos cabezas de flechas, pequeños sapos y otras cosas rara a las que se le había atribuido la enfermedad, siendo utilizado hoy en día todavía  por algunos indios americanos y algún que otro hechicero del Congo.

        

Tratando un ataque de epilepsia

Otra manera de curar, era bajo la acción de los “Chamanes”, que era una institución indígena que reflejaba conceptos cosmológicos, procesos psicológicos y normas raciales que se caracterizan por recurrir a trances hipnóticos en sus actuaciones curativas. EL “Chaman” era considerado parte dios y parte hombre y se  caracterizaba sobre todo por el uso de drogas alucinógenas tanto visuales  como auditivas o sensoriales para poder entrar en contacto con el  mundo ignoto y misterioso de los espíritus, en esos trances personales  o ajenos, con que imbuían  a la tribu mediante psico-estimulantes o alucinógenos precursores de la anestesia,  como la coca o los poderes mágicos del “yagé” o el  yopo o el tabaco o el curare que paralizaba la caza para no matarla.

Xochipilli

        El hechicero no se mezclaba con el pueblo estableciendo diferencias tanto en el atuendo, la vestidura y modo de vida, siendo sus adornos un medio para destacar su distinción y su personalidad, a la vez que trataban  con su aspecto terrorífico de impresionar o alejar a los demonios.

         A pesar de que la característica de los sanadores, en toda la cultura precolombina parece similar o casi igual a todos, no era así pues  sus atributos se adaptaban a la organización social de cada pueblo.

        

Ixchel

   Entre los “mayas”, considerados los “Griegos de América”, su sociedad era teocrática y por tanto el poder supremo estaba sometido a los sacerdotes, ya que el ser supremo creador del mundo era HUNAB-KU y su hijo ITZAMNÁ, Señor del cielo o Dios Solar, eran DIOS y hombre a la vez, considerándose  el padre de la medicina, en cuya fiesta se invocaba el favor anual de la salud y la inspiración para los curanderos. Su mujer IXCHEL, mujer “Arco Iris”, era considerada la abogada de la maternidad, curadora de la Esterilidad y facilitadora del futuro parto.

      De ahí que el  arte de curar fuera confiado a los “Hemenes” o sacerdotes que se agrupaban en una verdadera hermandad y su saber se creía era heredado de los dioses. Los hechiceros eran considerados de un estrato profesional más bajo, no perteneciendo a la casta sacerdotal y su función se limitaba a efectuar sangrías, cura de heridas, apertura de abscesos y reducción de fracturas.

    

Popol Vuh, el libro sagrado de los Mayas

En la biblia maya-queché de Guatemala, el “ POPOL-VUH”, contiene abundantes datos médicos y entre sus múltiples  actividades medicas, llaman la atención los empastes dentarios en las caries y sobre todo las celebres incrustaciones dentales.     

     Entre los “Aztecas” el ser sanador se conseguía por su carácter hereditario, teniendo los padres la obligación de transmitir a los hijos sus conocimientos médicos que no podían poner en práctica, hasta que no desapareciera  el antecesor. Existiendo entre los sanadores diferentes especialidades. El uso más corriente era el uso de hierbas, de plantas,  de ellas su “espíritu” y de minerales. Aparte de ello practicaban extracciones dentales, reducir  de fracturas o asistir a los partos. El tratamiento que aplicaban dependía de la causa que lo había producido .Si se creía que la enfermedad era debida a una causa sobrenatural el tratamiento seria por medio de procedimientos mágicos. Poniendo en práctica la medicación empírica unicamente cuando creían que determinadas hierbas, fármacos o maniobras eran más o menos eficaces. De ahí que la medicina azteca se caracterizara por ser teúrgica o sea basada en la  magia y también como resultado de la observación astronómica aparece la medicina astrológica pero con  caracteres que le subordinaban a la magia natural.

   

Raices de la Maca, se utilizaba para la pesadez estomacal
Raices de la Maca, se utilizaba para la pesadez estomacal

Moctezuma, tenía “un vivero real “de plantas que abastecía a todo el reino aplicadas en diarreas, abortivos narcóticos, purgantes, vomitivos y sudoríficos junto con ungüentos para las afecciones de la piel. Los “Incas”  aplicaban mucho el uso de las plantas para curar y también el polvo de la corteza de quina, que ya lo usaban para el tratamiento del paludismo y también la hoja de coca, que la empleaban como calmante y también como estimulantes, eran doctos en el uso de la belladona, la ipeca y el  curare.

    

El peyotl
El peyotl

En las prácticas religiosas usaban medicamentos  como el “peyotl” o el “teononcttl”, que contienen  sustancias activas como la mezcalina o la psilocina,  procedente de un hongo mágico, para condicionar el estado psíquico del sacerdote.

Las heridas en general se limpiaban y cerraban con unas hierbas astringentes o con sustancias obtenidas de huevos de diferentes  pájaros, que luego se tapaban con plumas o vendas hechas de pieles de animales. Curiosamente también practicaban las trepanaciones en seres humanos, consistente en  perforaciones halladas en los cráneos de algunos cadáveres.

  1-incas-1 Los “Aztecas”, impresionan no solo por su esplendor cultural sino también por su crueldad y su falta de interés por la vida del hombre. Entre las instalaciones sanitarias llama la atención un sistema de evacuación de desechos con dispositivos adecuados,  habiendo en la calle  letrinas publicas que permitían la intimidad personal. La limpieza de las calle era responsabilidad de cada distrito y los desechos eran recogidos y enterrados fuera de la ciudad.

       En ningún códice azteca se describe la existencia de epidemias y la primera en devastar la ciudad, fue la viruela, que apareció después de la llegada de los españoles.
    Francisco López de Gómara, (1511-1533?), en su Historia General de las  Indias, nos relata las prácticas médicas de aquella época: “A los sacerdotes, llaman PIACHES, en ellos está la honra de las novias, la ciencia de curar y la de adivinar, invocar al diablo y en fin son magos y nigrománticos”.

 

    1-incasA pesar de que la cultura Precolombina era una civilización muy desarrollada en múltiples aspectos,  sin embargo en lo que se refiere a la medicina era muy semejante a la de las sociedades primitivas de nuestro Continente.