LA POESÍA DE LIDIA LETICIA RISSO
De Argentina, esta poeta ha amado siempre a la literatura. Ha participado en numerosos talleres literarios .
Participó en las Antologías de las siguientes editoriales: Argenta; De los Cuatro Vientos: Nueva Literatura Argentina 2009, presentada en la 35º. Feria del Libro; Editorial Nuevo Ser: Letras y Voces 2009 en CD, siendo en ambas editoriales, finalista e invitada especial, según el caso. Otras intervenciones: Editorial Andrónico; DNA Ediciones; Editorial Pegaso y CEN (Centro De Escritores Nacionales), finalista. Instituto Cultural Latinoamericano: 4ta. Mención Especial, Mención de Honor y Medalla por mi participación en CD Emociones 2009; Fundación CATHEDRA de las Artes y las Ciencias: Medallas de Honor y Diplomas en diferentes certámenes, dos premios especiales: al Estilo y a la Creatividad 2009, Primer Premio Cartas de Amor 2010 y Premio a la Creatividad 2010.
EL MIEDO
Enfrentarás
el miedo
y luego…,
la tempestad
Y serás,
el dueño..,
que una vez…
tuvo un sueño
y tu propietario,
sin duda,
serás
Te hundirás
en un pozo,
que parecerá..,
no tener salida..
y de pronto,
cuando creas
no tener
mas esperanza…,
‘arañarás’
Te lanzarás
del aire…,
sin paracaídas
y cuando
de naríz
veas,
que te harás
añicos,
vendrá un ángel
y te salvará
Y así la vida,
te probará,
para que crezcas
y caerás
de nuevo….,
Y..
de nuevo…,
te habrás
de levantar
Y cuando
tu hora llegue.,
volarás
muy lejos,
atravesarás
espejos…,
y no los romperás
EL PUENTE
Embriagada,
Cansada
de soledad frecuente,
espera grandilocuente,
la fuente pesada
que salpica y rubrica
el agua, que otrora,
fuera cristalina.
Iluminado el puente,
Que ansioso espera
La visita de las pisadas
Cansadas del autor
De su capítulo
Pintado de acuarela
Es tarde,
No llega,
Es la hora,
Y no se presenta,
La neblina se esparce
Y se produce el climax
El tiempo es remoto
El reloj desespera,
La luna
Está lagrimeando
Y una estrella fugaz
Que avisa,
Todo se paraliza,
Porque ya no vendrá,
No se presentará
Enjuto
Pero de luto,
Radiante como diamante
Esbelto y atormentado
Resuelto y abandonado
EL TONTO
Decíase,
que era tonto,
que no se podía,
en él confiar
Que era,
incapaz y muy chato,
imposible de fiar
Vestía,
túnicas grandes,
balbuceaba,
para hablar,
y usaba
enormes zapatos,
para poder caminar
Su cabello,
largo y brilloso,
siempre llevaba anudado,
y su cara reflejaba,
la ternura de la paz
Subióse
un día a una nube,
y preparó su discurso,
llamó a todos,
uno a uno,
y elevando
su mano, señaló
No soy tonto,
soy bonanza,
y sin que ustedes,
lo noten, cuando,
¡tonto, me llaman¡,
sonríen,
y eso me basta¡¡¡¡¡¡
EL TREN PARTÍA
El tren partía,
los pasajeros
subían uno a uno,
reinaba un completo silencio,
y de ese modo,
iban tomando asiento.
La ensordecedora sirena,
anunciaba, la partida del convoy,
pero nadie emitía,
palabra, gesto o sonido.
Miedo a lo inesperado….
a lo desconocido….
fobias, rabias ¡¡¡
La máquina…, se perdía,
entre las gordinflonas nubes,
e iba haciendo paradas,
en diferentes estaciones,
subían más pasajeros,
y el miedo a lo ajeno…
los consumía.
De repente…
un olor agradable a
jazmines y violetas,
un vuelo de golondrinas,
y un trinar de pájaros,
anunció la llegada,¡¡¡
de una figura delgada,
que reflejaba en los vidrios,
una inconmerusable pureza,
su cabello largo,
su vestimenta humilde,
y el sol…, que había salido…
todos los miedos…., disipó¡.
Y, luego… comprendieron,
que ese viaje, era el final…,
o el principio, de otro comienzo
ELLOS
Cómo
podría quitarles
la vida,
a mis queridos fantasmas
Ellos,
son los que me anuncian,
la llegada de la nada
Ellos,
merodean la casa
cuando estoy ausente,
como vigías,
ellos espían
y me advierten
Comparten
mis dolores,
mis sinsabores
y mis pocos momentos,
de felicidad
Ellos…..,
los que no recuerdan,
los que no reprochan,
aún, cuando no gozan,
ni siquiera de esperanza
Ellos,
mis compañeros
de siempre,
los únicos dueños,
de mis secretos,
los que secan
mis lágrimas,
cuando lloro,
en silencio
ESTERIL SUEÑO
Fingir,
la generosa alegría,
que otrora,
cierta fuera.
Entregarle
a la ausencia,
la muerta personalidad,
de una infinita vida,
cuasi estéril
Desolación
y desesperanza,
de ese sueño
que murió,
fue velado y enterrado.
Marcha el cortejo,
camina lento,
aplaude al muerto,
lo adula,
se compadece,
pero este, yace inmóvil,
ya no siente.
Lágrimas
mullidas,
hinchadas,
desesperanza¡
Funeral, despojo,
de los desposeídos,
ojos henchidos de dolor,
por lo que alguna vez,
esperó y nunca se presentó
LA MALETA
Tomó,
la maleta
con prisa,
y dejó
su sortija,
apoyada
en aquélla,
cómoda,
vieja y gastada
Observó
el dormitorio,
su rincón
y lagrimeó..,
en silencio
Ese…,
que fue
su espacio,
hacía tiempo
estaba tan frío
y tan vacío,
que no vaciló
Gritó,
muy fuerte..,
para adentro,
apretó los puños,
queriendo
atrapar el dolor
y huyó…,
sin decir
palabra
Sostuvo
un murmullo,
disfónico
de amor
Bajó
la escalera
portando
el bagaje, fueron….,
años de ceguera,
de muchas
primaveras,
de miradas
congeladas,
y de alboradas
eternas
SE ARRODILLÓ EN SILENCIO
Sobornó
a la esperanza,
pues le temía
al olvido
Se puso
un negro vestido,
que desteñido,
sufría
el ultraje
del tiempo
Miró
en el espejo
su rostro
agrietado,
que se veía
feo y cansado
Urgueteó
en el ropero
y encontró
un viejo
sombrero,
que opaco
de abandono,
gritaba
de viejo
Se arrodilló
en silencio
y solicitó
permiso,
para marcharse
muy lejos
VÍSPERAS
Vísperas
de nada
se avecinan
y crujen
las maderas
hinchadas,
las que anuncian,
melodiosas
que despertó
la mañana
La almohada,
grita de dolor
y causa estupor
la soledad
y el silencio
de la casa
Víspera
de festejar
en familia,
un largo..,
fin de semana
Entonces…,
bueno sería,
invitar a los fantasmas,
para recordar
soles perdidos
y amaneceres
de esperanza
Familia
sin integrantes,
felicidad
que no alcanza,
y como rol protagónico,
un témpano dibujado
y un futuro asustado
de cicatrices
en el alma
DESDE AQUEL DÍA
Desde aquél día
sus manos
están atadas,
sus dedos
endurecidos
y ya…,
no le importa
nada
Su pluma,
está cansada
de pensar
que escribiría,
su mente
no le responde
y las historias
que esconde,
lucen
empobrecidas,
sin vida,
con el color
de la muerte
El sol
quema
sus pupilas
y su corazón,
no titila
como entonces
Ve secar
su cuerpo
día a día,
nada manifiesta
ilusiones
y no reconoce
alegrías
LA NADA Y LA BRISA
Salió
el silencio
por la puerta
y se escurrió
la alegría,
por aquélla
ventana,
que se encontraba
tan fría
El ocaso
perecía
y la nada
y la brisa,
muertas
de risa,
se burlaban
Corría
la gente,
sin dirección,
sin sentido,
mientras
un sillón mullido,
se hamacaba
Gritaba
el camino,
porque lo pisoteaban
y moría
la noche
ebria de dolor,
porque el amor
se fugaba
Mientras….,
la maldad
endemoniada,
cubría
su rostro,
entre sábanas
blancas
revista La Alcazaba 45