LA SUPRESION DE LA ORDEN DE LOS TEMPLARIOS, (I parte) por Vicente Esteve

Toma de San Juan 
La supresión de la Orden del Temple, fue un cúmulo de circunstancias, en la que los templarios, no fueron totalmente ajenos, más bien diría que la culpa principal fue de ellos.
Al medio día  del l7 de junio  de 1291, fueron muertos los últimos cristianos que se habían refugiado en San Juan de Acre, último reducto que poseían estos en Tierra Santa, excepto un puñado de Templarios que resistieron durante diez días hasta que fueron pasados a cuchillo. Los Mamelucos al mando del Jalifa,  Jail, cercaron por tierra San Juan de Acre, y esperaron  hasta el mediodía de dicho a entrar en este bastión cristiano, porque ese mismo y día y a la misma hora, hacia cien años que perdieron San Juan de Acre.
De las grandes Ordenes militares, Temple, Hospital y Teutónicos, las dos primeros se instalaron en un principio en la Isla de Chipre, ya que los Teutónicos hacia tiempo que habían transferido el grueso de sus tropas a Prusia.  De las dos primeras la del Hospital en el año 1530 se traslado a la isla de Malta, isla que les cedió el emperador Carlos I de España, pasando a residir, a los pocos años, 1565, definitivamente a Roma, con el nombre de Orden  de Malta.
Los templarios al poco tiempo de permanecer en Chipre, regresaron a Francia, excepto el Maestre y los altos Dignatarios, hasta el año 1305, en que fueron llamados por el Papa Clemente V, regresando a Paris, exceptuando el Maestre, que había que presentarse en Avignon, donde residía el Papa.
En el año 1274, bajo el pontificado del Papa Gregorio X, en celebró el Concilio Eucunemico en Lyon, en donde se debatió la fusión de los dos grandes Ordenes monásticas-militares, Temple y Hospital, con el fin de evitar rivalidades enfrentamientos y conseguir una mayor efectividad, y más, que Tierra Santa, cada día estaba más próxima a perderse, ignoramos el porqué, este asunto se dejó para una mejor ocasión… Después de haber sido expulsados de Acre., se vio el momento propicio para esta fusión, ya que no eran necesarias dos Ordenes Militares, en especial la del Temple, ya que el Hospital se dedico a la función para la que fue creada. El Papa Bonifacio VIII, vio una excelente ocasión para retomar este asunto, pero circunstancias  de enfrentamiento con el rey de Francia, Felipe IV el Hermoso, no llego cuajar
El Papa Clemente V, a instancias del rey francés, hizo propio este asunto, para crear una nueva Orden entre las  del Temple y  Hospital, siendo Maestre de  esta nueva Orden, un hijo de Felipe V. El Papa expuso estas razones, a ambos Maestres, el del Hospital, no vio inconveniente, sin embargo Jaques de Molay, Maestre del Temple le contesto por escrito al Papa negándose rotundamente.
Vds. imagínense que el Maestre templario, hubiese dicho SI, a la unión de ambas Ordenes, la historia del Temple hubiese cambiado totalmente.
Felipe IV, estaba tan agobiado por las deudas que heredo de sus antepasados y qué el fue además acumulando, que al poco de subir al trono, expulso a los judíos, confiscando sus bienes, devaluando la moneda, aumento el impuesto del pan, por todo ello el pueblo de Paris, se sublevo contra la monarquía el 14 de septiembre de 1306, tanto Felipe como algunos de sus ministros, entre ello el famoso Nogaret, lograron con ayuda de los templarios lograron refugiar en la casa del temple, sede de la Banca y del Maestre. Calculamos que en los tres o cuatro días que duro la revuelta, tanto el rey francés como su ministro Nogaret, tuvieron tiempo de darse cuenta que allí, estaba la solución de todos sus problemas económicos y más después de haberse negado el Maestre a fusionarse con los hospitalarios.
El Rey de Francia Felipe IV
A mediados del mes de septiembre de 1307, un años después de los  anteriores acontecimientos, Felipe remitió o todos sus senescales de Francia, un sobre cerrado, para abrirlo, no antes. bajo pena de muerte, en la madrugada del viernes 13 de Octubre  de ese año, el sobre contenía las instrucciones para detener  a todos los templarios franceses, llevarlos a prisión  y confiscar sus bienes. Adjuntaba además una  relación de los cargos por los que se les acusaba, siendo los principales. La negación de Cristo; escupir, orinar y pisotear al crucificado;  adorar a ídolos; entregar a prácticas obscenas; ect.
Aunque no existe el número de templarios detenidos en Francia, el escritor francés Laurent Dailiez dice que entre el 14 de octubre y el 30 de noviembre, fueron torturados 585, de los cuales a consecuencia  de las torturas fallecieron 36, otros 70 fueron quemados por haber sido declarados relapsos.
En los registros efectuados por los senescales del rey, no se encontró prácticamente nada de valor, ya que la noche antes, salieron de Paris, según declaración hecha ante el Papa, en junio 1308, por Jean de Chalons, perteneciente a la encomienda templaria de Neumour, diócesis de Troyes, en la que manifiesta que “En el atardecer de la víspera del 13 de octubre 1307, vio personalmente tres carros cubiertos de paja que ocultaban varios cofres conteniendo el tesoro de Hugues de Poiraud, gran visitar de Francia, que se dirigían a la costa, bajo el mando de Hugues de Chalons y Gerard de Villers, a los que acompañaban cuarenta hombres armados. (Documento guardado en A.S.V,*)
Carta de Felipe IV Rey de Francia

            El 17 de octubre de 1307, Felipe IV remite a todos los monarcas europeos, un escrito en el que relata todos y cada uno de los males que habían cometido los templarios, y les exhorta a que los detengan y los entreguen a la Inquisición. El final de dicho escrito es el siguiente: Por lo que sabido esto, Nos y el Sumo Pontífice, desde luego no debíamos tolerar tantas blasfemias y ofensas a Dios, y vistos los antecedentes, el Papa mando proceder contra ellos. Como veremos Clemente V era desconocedor totalmente de los hechos realizador por Felipe el Hermoso (El documento dirigido a Jaime  II de Aragón, se halla en A.C.A.,*)

            Prácticamente ningún monarca hizo caso de este escrito, ni tan siquiera su yerno Eduardo II de Inglaterra. Únicamente procedió al arresto de los templarios Luis I de Navarra,  su hijo.
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