TOMAS BUX, EL ESCULTOR QUE PELLIZCA EL ARTE, por Luis Manuel Moll Juan con poema de Grisel Parera
Tomás, si, Tomás Bux es algo más que un artista, es un creador de vida. Es un escultor-ceramista del pellizqueo. En su haber dispone de multitud de premios y grandes personalidades de este país disponen de sus obras. Gracias a él, la simple arcilla que vemos en los botijos y que parece muerta, con su obra, vive, la pellizca y el sueño se convierte en un profundo sentimiento llevado a un espacio tridimensional. Cuenca tiene la suerte de disponer en sus calles algunas de sus obras que gracias a su contenido escultórico nos deleiten la vista mientras a su lado las hoces del Jucar o del Huecar parecen tenerle envidia porque Tomás, les quita protagonismo.
Cristo Crucificado de Tomás Bux
La Semana Santa
Tomás, pertenece al presente del paisaje de esta ciudad mágica, de sueños y sensorial. Su escultura se une al entorno dando a sus figuras las mismas formas que el ve a través de sus ojos, sus ojos…esos que le acompañan como firma original en todas sus figuras como creador que es de ellas y queriendo ver todo lo que ellas ven por los ojos de quienes las ven a ellas. Tomás se convierte en creador.
Escultura en la exposición del Museo de la Semana Santa de Cuenca, España
La poeta cubana afincada en Cuenca Grisel Parera, ha creado este poema dedicado a la obra de Tomás Bux.
Tomás Bux, alumbra el crepúsculo nazareno.
El imaginador, de sentimiento en las manos, sueña:
eternizar figuras,
que nunca han tocado tierra.
Aspira el aliento
de la gran Semana Santa
por estrechas calles, recovecos y escalinatas
de la mágica Cuenca,
que suspendida en el aire, toca el cielo.
En credo constante,
de la sinrazón abstracta
y el realismo devoto
transita el artista.
Bebe luz de las piedras, los ríos
y el surrealismo que aflora, ilumina.
Rojo puro, como las entrañas,
colores, arte profundo, arte sentido.
Se universaliza su excelsa maestría, original y distinta: