PILAR MIR & RUAJA – ARTE ENTRE PIEDRAS
Hay ciudades que se caracterizan por tener algunos rasgos característicos que les imprimen una personalidad singular dentro de su entorno geográfico, y eso le sucede a Novelda, ciudad situada a veinte kilómetros al oeste de Alicante que se caracteriza por tener tres.
Uno de sus rasgos peculiares es la producción de uva de mesa, otro es la manipulación y envasado de especias y el tercero y que mejor define la ciudad es la secular dedicación a la elaboración de mármoles y piedras. Durante siglos, los canteros y artistas de la zona han trabajado con esmero la famosa piedra de Novelda utilizada en una gran cantidad de edificios emblemáticos repartidos por toda España.
Atraídos por la abundancia de mármoles y piedras provenientes tanto de las canteras de la zona como importadas de los cinco continentes llegaron procedentes de Madrid hace ahora once años, los escultores Pilar Mir y Raúl Bernabé (Ruaja), encontrando un clima perfecto para desarrollar su trabajo.
Visitando su taller enclavado en el corazón de la zona de producción de mármol podemos comprobar como la industria y la tecnología dejan un hueco al arte y hasta colaboran con él, como si intuyeran que sin su aportación la belleza del material no terminaría de alcanzar todo su esplendor. Allí entre el fragor de las máquinas, los grandes camiones y los pesados bloques de piedra, Pilar y Raúl se esmeran trabajándola con el mismo mimo y atención extrema que los escultores de siempre han puesto en este tipo de trabajo, pues a nadie se le escapa que en estos materiales no cabe el error ya que una vez que la herramienta arranca un trozo de material no es posible dar marcha atrás, y así, poco a poco van transmutando la piedra en el risueño rostro de un niño, una sirena o en cualquier otra forma surgida de su imaginación.
Definir como son las esculturas de estos artistas no es tarea fácil debido a la diversidad de sus temas que van desde la rigurosa y académica línea de un busto hasta el abstracto, pasando por el surrealismo de la mayoría de sus obras de gran formato. Quizá lo que mas caracterice su obra sea la utilización de la figura humana (tratada con un extraño equilibrio debido a estar realizada conjuntamente por un una mujer y un hombre) como centro de atención, una rigurosa composición espacial y la impresión de haber sido hecha con facilidad, casi sin esfuerzo. Aunque en los últimos años casi todos los temas de su trabajo los realizan por encargo, gozan de una total libertad artística para su composición y ejecución, pues como es lógico sus clientes buscan la originalidad de sus ideas y ellos disfrutan “ayudándolas” a abandonar el mundo de la fantasía para hacerse reales.
¿Por qué casi todas vuestras obras giran alrededor de la figura humana?
P.M. Nos gusta que la gente se fije en nuestra escultura, que sienta algo al contemplarla y la mejor manera de atraer su atención nos parece que es con la figura humana.
R. Además de tener gran interés para el ojo del espectador, es muy versátil desde un punto de vista formal y compositivo.
¿Cuando comenzó vuestra pasión por la escultura?
P.M. Desde pequeña ya tenía una gran inclinación hacia el arte, me pasaba horas pintando, pero al estudiar historia del arte y conocer la escultura en mármol me pareció lo más impresionante que se podía hacer. Sacar de un bloque de piedra una forma con vida propia.
R. Yo era pintor hasta que vi como una pequeña escultura que representaba una figura femenina, organizaba el espacio a su alrededor sin ningún esfuerzo con una elegancia y fuerza extrema, gracias a la forma de la pose adoptada. El tirón que produjo en mi estomago aún puedo recordarlo con claridad.
¿Como surgió vuestro interés por la piedra como vehiculo de expresión artística?
P.M. La piedra es todo un reto, pues mientras en el barro pones y quitas material hasta que consolidas la forma, en la piedra tienes que ir con una gran seguridad sobre lo que quieres hacer, pues lo que quitas ya no lo puedes volver a poner, además todo el proceso depende de ti sin necesidad de intermediarios a diferencia de la fundición por ejemplo.
R. Porque la piedra y el mármol siguen estando entre los mejores materiales para hacer esculturas, por su belleza, calidad y demostrada duración en el tiempo como lo manifiestan las innumerables obras de arte que nos ha dejado la historia.
¿Por qué trabajáis formatos tan grandes en materiales tan duros?
P.M. La dureza es un inconveniente a la hora de trabajarlos pero una ventaja en cuanto a su durabilidad, el mármol es nuestro material favorito y la obra grande es una aventura porque trae consigo no solo las dificultades a solucionar de cualquier escultura sino las adicionales a su tamaño. Unir el gran tamaño a un material como el mármol nos resulta un reto continuo.
R. Las esculturas grandes tienen una influencia en un área espacial mucho mayor y son apropiadas para ser situadas en lugares públicos lo cual nos gusta mucho porque permite que sean contempladas por mucha gente.
¿Como trabajáis este tipo de materiales?
R. Seguimos trabajando básicamente a mano como siempre, las herramientas que nosotros utilizamos aunque algunas funcionan con corriente eléctrica o aire comprimido son todas de uso manual, aunque para mover las piedras utilizamos grúas.
¿Cual es el proceso desde que surge la idea hasta que se plasma en la realidad?
P.M. Para las obras personales, por lo general de pequeño formato, nuestro método preferido es tomar una piedra o mármol que tengamos a la vista por el taller, especialmente las que tienen perfiles irregulares, imaginar una forma en su interior y directamente ir quitando lo que sobra hasta dejarla totalmente a la vista.
R. En el caso de las obras de mayor tamaño como la mayoría son de encargo, se hace necesario realizar un modelo previo, por lo general a escala, para que así el cliente vea la idea que vamos a realizar, a la vez que nos sirve a nosotros como guía para poder sacar las medidas de la obra definitiva. Este boceto lo modelamos en plastilina y lo positivamos en escayola para poder trabajar con él como modelo durante el proceso de tallado.
¿Que es lo que más os atrae de la escultura?
P.M. La escultura es un reto continuo, con cada obra y cada material surgen nuevos problemas y situaciones que resolver, ninguna obra es igual a la anterior, es un aprendizaje continuo y muy interesante.
R. La escultura es magia, cuando estas trabajando, aunque sabes lo que va a salir de la piedra, el momento en el que la forma empieza a verse, justo cuando empieza a asomar, es un momento mágico, el hecho de que al mirar un trozo de piedra veamos una cara o cualquier otra forma y que pase a segundo plano en nuestra conciencia la evidencia de que solo es un trozo de roca, es asombroso.