EL PENSADOR DE RODÍN, por Alfredo Pastor Ugena

«Yo no soy un soñador, soy un matemático. Mi escultura es buena porque es geométrica. No niego que hay exaltación en mis obras, pero es porque hay en ellas verdad. Esa exaltación no está en mí, sino en la naturaleza en movimiento».

(Auguste Rodin).

 

EL PENSADOR

François-Auguste Rodin (París, 12 de noviembre de 1840Meudon, 17 de noviembre de 1917). En 1875 viajó a Italia donde se sintió atraído por el tratamiento del movimiento y por la acción muscular en las obras de Donatello y Miguel Angel

Ha sido denominado en la historia del arte  el primer escultor moderno, el escultor, por excelencia, de la figura en movimiento. Su escultura encuentra su más viva expresión en esculturas individuales que testimonian la observación y el estudio de manos y pies, a los que Rodin considera tan expresivos como el rostro humano.

El período entre 1880 y 1900 fue el más fecundo de su vida. En él realizó bustos, monumentos y grandes composiciones escultóricas dentro de una tendencia impresionista: el grupo en bronce de Los burgueses de Caláis, el monumento a Víctor Hugo, el Balzac Las puertas del Infierno (“de donde salió  El Pensador “)y el Monumento a Sarmient».

LAS PUERTAS DEL INFIERNO

Rodin realiza la escultura de El Pensador diseñando un hombre desnudo, con los brazos, las manos y los pies sobredimensionados, sentado sobre una roca. Su torso ligeramente inclinado hacia delante, hace que su cabeza se apoye sobre la mano derecha, mientras que el brazo izquierdo descanse relajado, provocando una actitud reflexiva del personaje. Los dedos y las manos constituyen las partes más trabajadas, sorprendiendo el modelado de tensión de todas los músculos del cuerpo, como si estuviera realizando un ejercicio físico.

La obra escultórica que comentamos denominada originalmente El poeta, formaba parte de una comisión del Museo de Artes Decorativas de París para crear un monumental portal basado en La Divina Comedia de Dante. Cada una de las estatuas representaba a uno de los personajes principales del poema épico. El pensador, en su origen, buscaba representar a Dante frente a Las Puertas del Infierno  ,como llamó, en efecto, al portal del que formaría parte. La escultura es un desnudo, ya que Rodin deseaba una figura heroica al estilo de Miguel Ángel para representar tanto el pensar como la poesía.”

Rodin se inspirará en obras clásicas, renacentistas ya existentes para realizar esta obra ,como el Moisés o la Tumba de Lorenzo de Médici de Miguel Ángel. En ella este escultor va más allá de la representación idealizada de una persona concreta, para transmitirnos sentimientos con una carga psicológica importante.

El Pensador presenta, en general, una forma cerrada que concentra un gran poder interno y potente: parece quieto, pero el brazo derecho sobre la pierna produce un gran giro, una importante rotación del cuerpo. Si se recorre la forma de la diagonal del brazo derecho, ésta nos dirige el recorrido de la obra para finalizando en sus dos grandes masas, las piernas. También se observa un eje diagonal más amplio cuya trayectoria va desde la cabeza hasta el pie izquierdo. Por otra parte, la mano doblada debajo del mentón (otra diagonal más pequeña) deja descubierto el rostro.

Si bien Rodin utiliza, en esta obra, grandes diagonales que provocan dinamismo, vitalidad y a la vez grandes planos triangulares, se observan grandes huecos que circundan la forma e inquietan al espectador a recorrerla e introducirse dentro de la escultura.

Es muy importante el tratamiento del volumen con grandes masas utilizando además el no-acabado de Miguel Ángel, donde le preocupa la potencia de las formas y los músculos, la vibración de la materia.

AUGUSTE RODIN

En cuanto al estilo, el escultor ha roto, en esta obra, con el academicismo imperante y con el realismo. Sus formas anatómicas están exageradas en busca de una mayor expresividad. El gusto por lo no acabado y la importancia de la luz enlazan la obra con el impresionismo escultórico. Pero también el sentimiento dramático y casi místico que transmite, el interés por el pecado y la muerte, unido a la sensualidad y el erotismo de los desnudos, permiten clasificar la obra de simbolista.

En su conjunto, la obra de Rodin se basa en raíces profundas humanas, posee el don de captar y representar la fugacidad de una impresión, de un gesto, de una pose, percibiendo la vida interior de sus figuras