Albacete a este mundo son precisamente las esculturas iberas que se han descubierto en sus tierras, ejemplares únicos en Castilla-La Mancha, muchos de los cuales se pueden contemplar en el museo provincial de esta ciudad. Si paseando por el parque Abelardo Sánchez de Albacete, nos animamos a entrar en el edificio de hormigón armado que hoy dormita entre los pinos, veremos una de las mejores colecciones de estatuas iberas de España. Y eso a pesar de que no están todas, pues al igual que sucede con piezas tan importantes como la Dama Elche, las mejores esculturas ibéricas de Albacete se hallan en el Museo Arqueológico de Madrid.uando yo era niño la provincia de Albacete formaba una región con Murcia, participando así un tanto de su carácter levantino. Después se incorporó a Castilla-La Mancha y ahora aparece en los mapas como provincia de interior. Pero no hay más que echar un vistazo a su vegetación, al clima y a su historia, para comprobar que algo le une a las sierras del interior de Murcia y Alicante y de hecho la provincia de Albacete, o al menos desde la capital hacia el sur, fue en un tiempo parte de la cultura que hoy llamamos ibera
A muchos nos sonará el edificio de Pozo Moro que se encontraba uno ante sus ojos nada más entrar en el anticuado Museo Nacional, ahora en proceso de completa remodelación que comienza precisamente por la sala XX dedicada a la escultura ibérica. Esa imponente mole cuadrada es el remate de una tumba en un lugar hoy deshabitado cercano a Chinchilla de Montearagón. El monumento conserva cabezas de león y relieves enigmáticos en el que se ven monstruos celebrando un banquete, y que recientemente han sido interpretados en clave de creencias y mitos importados del mundo fenicio.
La llamada Bicha de Balazote es otro de estos animales fabulosos mitad hombre mitad animal, que nos recuerda a las esfinges del arte griego, aunque más parecida a éstas es la esfinge de Bogarra expuesta en el museo de Albacete. Y no podemos dejar de hablar de las numerosas esculturas del llamado Cerro de los Santos, un santuario ibérico que hoy se halla en mitad de los campos de Montealegre del Castillo, de donde han salido ya casi 400 fragmentos de esculturas. Allí al final del mundo ibérico, los pudientes devotos mandaron realizar numerosas estatuas que depositaban en el templo representando a damas oferentes con las pesadas túnicas y los recargados collares, pendientes, diademas y otros abalorios que son tan conocidos por la Dama de Elche, también hay varones y parejas que unen sus manos en torno al vaso de las ofrendas.
Muchos de estos vasos son excelentes ejemplares de cerámica ibérica que se distribuyen junto a las vajillas griegas que importaron los iberos, en las vitrinas del museo de Albacete.
El conjunto de cerámicas griegas utilizado para el banquete fúnebre de un príncipe ibero en Los Villares, nos habla de complejos ritos de enterramiento similares a los que conocemos de griegos y etruscos, que comenzaban con juegos en honor del difunto y finalizaban con un banquete en el que la vajilla se inutilizaba tras la comida y se depositaba junto al ajuar del difunto que había sido incinerado en una pira.Allí veremos también otros animales esculpidos en caliza como leones o ciervas y los dos jinetes a caballo hallados en la necrópolis de Los Villares (Hoya Gonzalo). Y es que la mayoría de estas esculturas se utilizaron en los enterramientos de los nobles iberos, bien a modo de urnas para contener sus huesos, formando complejos arquitectónicos como el de Pozo Moro o dispuestas sobre pedestales para señalar la posición de la tumba.
Pero para el caminante que es viajero más que turista, las vitrinas no bastan, pues no dejan de ser jaulas de un tiempo que vivió en otros lugares, casi siempre en el campo. Muchos de ellos están
hoy yermos y despojados de toda magia, así ocurre con las necrópolis de Pozo Moro, Hoya Gonzalo, Hoya de Santa Ana, Caudete, El Salobral o Montealegre del Castillo, y sobre todo en el santuario del Cerro de los Santos, en el antiguo camino de Aníbal, donde sólo un obelisco conmemorativo indica al caminante que una vez allí existió un centro de culto. Pero merece la pena visitarlos aunque sólo sea para respirar el mismo aire y contemplar el mismo horizonte que aquellas cabezas esculpidas hace más de dos mil años.
El amante de los horizontes abiertos se sentirá a sus anchas en el cerro de El Amarejo, donde los cielos parecen dejar mensajes. Allí se levantó un poblado que floreció sobre el siglo III a.C. En sus escarpadas laderas se han hallado impresionantes conjuntos cerámicos con vivas decoraciones de fuerte sabor levantino y unos plomos con escritura ibérica. Entre los hallazgos destacan varios vasos con forma de paloma, símbolo del viaje al más allá para los iberos. El amante de los horizontes abiertos se sentirá a sus anchas en el cerro de El Amarejo, donde los cielos parecen dejar mensajes. Allí se levantó un poblado que floreció sobre el siglo III a.C. En sus escarpadas laderas se han hallado impresionantes conjuntos cerámicos con vivas decoraciones de fuerte sabor levantino y unos plomos con escritura ibérica. Entre los hallazgos destacan varios vasos con forma de paloma, símbolo del viaje al más allá para los íberos.
Otro de esos lugares apartados donde se levantó un poblado amurallado al que llegaron objetos importados del Mediterráneo oriental es La Quéjola, en San Pedro. No lejos de Balazote
Finalizaremos este breve recorrido acercándonos a tierras de Hellín para visitar el peñón del Tolmo de Minateda, Parque Arqueológico de Castilla-La Mancha. Sobre esta peña en la vía romana de Cartagena a Complutum (Alcalá de Henares) se desarrolló una ocupación del final del mundo ibérico, romana después y visigoda más tarde. Parte de los hallazgos allí realizados se pueden ver en el museo comarcal de Hellín.
Hay muchos y excelentes libros sobre los iberos, pero para el ávido y apresurado viajero de nuestros días, recomendamos comenzar por la página web www.contestania.com en donde encontrará un completo recorrido por esta cultura, con una relación de los museos en donde se hallan sus piezas, los yacimientos de donde salieron las mismas y numerosos estudios sobre estos distinguidos antepasados.
En Albacete hay lugares y paisajes preciosos. Yo visité Almansa, el castillo es espectacular. Pero a parte de eso tienen una iniciativa Almansa Todo A Un Paso en la cual estás siempre informado de todo. Ofertas de sus establecimientos locales, gastronomía y como no, ocio para todos!
Totalmente cierto, os animamos a que lo visitéis y lo comprobéis por vosotros mismos; merec la pena.