Joaquín Sorolla y Bastida, pintor español vinculado al Impresionismo, nace en Valencia en 1863, cuando el movimiento en Francia estaba en pleno apogeo. Sus pinturas por tanto son tardías, pero en ellas reúne las principales características impresionistas como el gusto por el aire libre, la búsqueda de lo momentáneo, de lo fugaz, la captación de los efectos de la luz, la ausencia del negro y de los contornos y las pinceladas pequeñas y sueltas.
Entre sus temas preferidos hay que destacar su dedicación al paisaje levantino. Realiza continuas escapadas a Valencia, a Javea, para pintar escenas del mar relacionadas con la pesca y la vida de la playa, el baño, los juegos en la arena y los niños. Siempre hallamos la presencia humana. El gran protagonista es la luz, que hace vibrar los colores y marca el movimiento de las figuras. Fue un gran admirador de Velázquez, Ribera y El Greco.
Sin embargo, fue un artista muy activo, que realizó también numerosos retratos de personalidades españolas y algunas obras de denuncia social bajo la influencia de su amigo Blasco Ibáñez
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Si hay un pintor que ha sabido captar la luz del Mediterráneo es, sin lugar a dudas, Joaquín Sorolla. Fue un especialista en reflejar en sus obras la luminosidad y la alegría del Levante español. Valencia, su ciudad natal, sería su lugar preferido de inspiración- como ya he indicado- y el lugar donde encontraría su temática favorita. Por eso los retiros del artista, a esta ciudad y su entorno, van a ser cruciales para su producción pictórica. Era habitual encontrarle por las playas captando en sus lienzos a sus gentes y su luz, esa luz dorada y brillante que tan bien ha sabido mostrar.
Su popularidad se extendió por toda Europa, realizando exposiciones en París, Berlín, Colonia, Londres y finalmente en varias ciudades de Estados Unidos.
En Noviembre de 1911 firmó un encargo para la Hispanic Society de Nueva York para realizar catorce murales, de temática regional española, que decorarían las salas de la institución y que realizó entre 1.912 y 1.919. Sorolla se enfrenta a un proyecto mural de proporciones gigantescas. Para alcanzar este propósito v Hispanic Society de Nueva York iajó constantemente por todo el país buscando lo más peculiar de su indumentaria y sus costumbres.
En 1920 sufrirá un ataque de hemiplejía que lo deja invalido del lado izquierdo y tres años más tarde, en 1923, fallece en Cercedilla (Madrid). Por deseo de su viuda, Clotilde García del Castillo, la vivienda familiar y las colecciones que a ella pertenecieron fueron donadas al Estado Español para crear un museo en memoria de su marido que está situado actualmente en Madrid, en la calle de Martínez Campos.
Pero el tema de sus cuadros no deja de ser una excusa para realizar un estudio de luz, una luz intensa. Sorolla emplea preferentemente los colores malva, blanco y marrón para conseguir los tonos de las sombras. Otra de las preocupaciones del pintor es el tratamiento y alcance de las expresiones de los rostros de los distintos personajes que llenan su pintura.
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En estas obras se dejó los últimos años de su vida ya que al finalizar, sufrió un ataque de hemiplejía en su casa de Madrid- en junio de 1.920- falleciendo tres años después en su hotelito de Cercedilla, en la sierra de Guadarrama, (Madrid) sin apenas disfrutar del nombramiento como profesor de colorido y composición en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid (septiembre de 1919), ni de la inauguración de su obra maestra en Nueva York, tres años después de su muerte.
Fantástico simplesmente.Lágrimas, sorrisos e luz.
Muchas gracias por su comentario
Luis M. Moll
Director
Rembrant bello claroscuro, sorolla impactante luz lo he descubierto por mera documentacion de un servidor autodidacta….soy su fan desde ya