Dedicatoria afectuosa y sentida al Prof. Dr. Ramiro Lagos por su autoría literaria, su poesía y su caballerosidad infinita.
Ramiro Lagos, profesor eméritus de la Universidad de Carolina del Norte en Greensboro, USA, es un escritor y poeta latino, de reconocido prestigio internacional en su actividad intelectual, literaria y profesional, siendo entre otros, como excelente escritor colombiano, uno de los mejores conocedores del mundo latinoamericano, de España y de Egipto, sus gentes y sus culturas.
Me es grato subrayar su condición humana, su sensibilidad poética abrumadora. Para mí es una excelente ocasión, aprovechar la publicación de su obra “La primavera árabe y el trasluz de la egipcia abanderada”, y sobre todo, su visión egipcia desde El Cairo.
Durante su corta visita a la Universidad de El Cairo, fue aclamado calurosamente tras pronunciar su conferencia ante centenares de alumnos y profesores de la Universidad de El Cairo. Ramiro Lagos se interesó de modo entusiasta por la cuestión egipcia, y especialmen-te por su historia antigua, media y contemporánea, in-cluida la Civilización Islámica y sus ramificaciones. En su nuevo libro, refleja el espíritu y el alma de Egipto, su cultura en general y su profundo conocimiento de El Cairo y otras ciudades, así como el contacto directo con sus gentes y los alumnos universitarios. Hace años tuve el privilegio de conocer a Ramiro Lagos, y en distintas ocasiones tuvimos la oportunidad de estar juntos con amigos comunes.
El profesor Ramiro Lagos, con residencia en Estados Unidos y España, es uno de los autores y poetas colombianos contemporáneos más conocidos y valorados intelectualmente. Me une a él una gran amistad y afecto. Su poesía es expresiva, imaginativa, bella y hermosa. La mayoría de los escritos y obras de Ramiro Lagos -sean novelas o poesía- no deben ser leídas rutinariamente, sino a través de los sentidos para que no pierdan emoción. Son claves para imaginar y recrear.
Confieso con franqueza que mis recuerdos de Rami-ro son inolvidables. Independientemente de su autoría, es una persona singular, amigo de sus amigos y su na-turalidad es envidiable. Su aportación siempre ha sido útil, enriquecedora y provechosa dada su experiencia y trayectoria literaria para quienes escriben y le escuchan.
Si la memoria no me falla este gran hombre ha ofreci
do y dado todo lo que sabe y conoce de su propia patria, Colombia, y de otros muchos países. Se ha ocupado e interesado, apasionadamente y muy directamente, en el conocimiento de la historia de Egipto, sus gentes, su cultura y su situación actual, sin dejar de hablar sobre el Islam, El Corán y otros temas relacionados. Incluso habla de la España musulmana, propiamente dicha. No quiero extenderme en describir y elogiar la personali-dad y las cualidades de Ramiro Lagos, pero si quiero dedicar una breve presentación de apoyo y felicitación a su contribución en esta exposición suya sobre Egipto a la dimensión socio-política, humana y religiosa, doble objetivo de su obra, en esta ocasión. En primer lugar para rendir a su persona un gran recuerdo y el testimo-nio de mi amistad verdadera; y en segundo lugar la frase del gran poeta Ibn Abdun, de Sevilla:
¿Acaso no recuerdas la promesa de no olvidada jamás por la gran amistad que nos une?
Yo, le diría a Ramiro:
¿Recuerdas, querido Ramiro, nuestras comunes vivencias y estancias en Madrid y en El Cairo… y el es-píritu cordial que reinaba en nuestros encuentros con “desayuno andaluz”… y el café compartido en la zona de Quevedo, en Madrid?
¿Recuerdas nuestros encuentros en la madrugada, o a la llegada del mediodía, o al caer de la tarde?… Si me preguntaras:
“¿Dónde estás tú, Karim, ahora lejos de allí?” Te diría:
“Lo que me extraña es sentirme vinculado a tu afec-to, y por ello, a los demás amigos y amigas…preguntan-do, estando junto a ellos y ellas… ¿Quieren verme? Y yo también, con mis ojos y sus ojos, a ellos y ellas….”
…Y están en mis pupilas presos; y mi corazón añora el ceñirlos con mis abrazos, mis anhelos:
Estoy en mi país, Egipto: ¿dónde está la otra [patria mía? Derramo lágrimas de recuerdos, que me fluyen
[sin cesar
Cuando pienso en la vida alegre de los dos, Lo demás de la vida me parece dolor… ¡Aquellas gratas horas en los jardines floridos!
¡Aquellas en los placeres de suave libertad!
Recordando a mi patria lejos de mí, aquí y allí… ¡Cuanto en torno a mi país de origen, es yermo y [soledad!
¡La soberana pompa del caudaloso Nilo se eclipsa ante la gloria de Guadalquivir… de Andalucía y del Manzanares de Madrid.
Por ti, Ramiro, por tu amabilidad, tu personalidad, tu calidad humana y obra, se asocian todas ellas íntima-mente. Eres el ejemplo del hombre de “interconexión de vida y cultura”; de apasionamiento poético y eterni-dad, como escritor.
Por todo ello, te recuerdo y te admiro.
revista 52