Este Castillo-torre, «la Casa fuerte de Potes», está situado en la Villa de Potes, capital de la comarca de Liebana, en Cantabria.Su construcción es realizada en el siglo XV y perteneció a Orejón de la Lama para después ser propiedad de don Tello, hermano del rey Enrique II e hijo de Alfonso XII. El titulo de duque del Infantado sería concedido por los Reyes Católicos en 1475, al II Marqués de Santillana don Diego Hurtado de Mendoza, en pago por los servicios de armas prestados a la reina Isabel I de Castilla
En 1520 será escenario de combates entre comuneros liderados por Garci González Orejón de la Lama que sitiaron y asaltaron la torre donde se refugiaban los partidarios de Carlos V entre los que se hallaba Toribio Alonso de Mogrovejo. Tras largo asedio los comuneros capturaron al señor de Mogrovejo y lo arrojaron al vacío desde lo alto de la torre.
En el 1808, en plena guerra de la Independencia, las piedras de la torre, fueron testigos del enfrentamiento de los guerrilleros lebaniegos con las tropas franceses.
En 1823 fue protagonista de la guerra civil entre realistas (partidarios de Fernando VII) al mando de Manuel de Colmenares y Prellezo, y constitucionalistas (partidarios de la Carta Magna de 1812). Las tropas realistas obligan a las tropas constitucionales a refugiarse en la torre, donde son sitiados. Al día siguiente capitularon.
Está construida principalmente por mampostería, y reforzada con sillería en las esquinas y los vanos. Está compuesta por cuatro cuerpos y una azotea con cornisa, que soporta una barbacana corrida rematada por almenas. En las esquinas hay cuatro pequeñas torres almenadas.En la fachada principal se abre la puerta de acceso, de arco apuntado. En el primer piso se halla un balcón corrido, con dos puertas adinteladas separadas por un gran reloj, enmarcado en un alfi, y bajo el cual se encuentra la entrada a la torre a la que se llega ascendiendo una escalinata. En las cuatro fachadas hay pequeñas ventanas adinteladas.En el interior hay un patio interior que ilumina las estancias interiores, lo cual es un detalle inusual en las fortalezas cántabras. Su presencia se asocia a una reforma llevada a cabo por los Duques del Infantado en el siglo XVI, aplicando al castillo un estilo italiano, propio de los palacios castellanos de la época.
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Muy buenooo!!!