Un grupo de veintidós periodistas de turismo realizamos un viaje en relación a una experiencia transfronteriza de promoción y divulgación de actividades agroturísticas y de patrimonio cultural en Alcochel (Badajoz), Monsaraz y Alqueva (Portugal), dentro del Proyecto ADLA, cuyo objetivo es el desarrollo del territorio de forma sensible y equilibrada en ambos lados fronterizos de España y Portugal.
Desde Olivenza llegamos a Alcochel y allí fuimos recibidos por las autoridades locales y personal técnico de la Dirección General de desarrollo Rural del Gobierno de Extremadura, donde nos fue presentado el Proyecto y el programa de las actividades a realizar en estos días.
Esta localidad, que nace como otros pueblos de la zona en el período musulmán, fue repoblada en la segunda mitad del siglo XII por cristianos portugueses, en una etapa donde en la zona se alternaban el dominio luso y cristiano, intercambio que forjará el carácter cultural y arquitectónico de la villa.
Pertenece Alcochel a la comarca de Olivenza en un entorno de encinas, con amplias dehesas de jaras y vegetación baja que cautiva a los amantes de la naturaleza y donde percibimos la presencia de una buena diversidad de itinerarios turísticos, destacando lo zona de Los cabriles,(donde anidan aves rapaces como el búho o el gran duque) o el Cerro de las Herrerías, donde podemos observar una antigua mina romana
En primer lugar realizamos un paseo cultural por esta localidad pacense, donde tuvimos ocasión de visitar la antigua cárcel ubicada en un viejo edificio de mediados del S.XVIII, que tuvo estas funciones hasta el S.XIX. Fue rehablitado en 2004 por el ayuntamiento, para depositar en él un interesante museo etnográfico y la oficina de turismo local y difundir huellas y tradiciones locales.
Posteriormente visitamos la iglesia gótico-renacentista del S.XVI dedicada a Nuestra Señora de los Remedios. A continuación recorrimos un camino muy pronunciado para llegar al castillo de Miraflores, la joya patrimonial de esta villa, levantado durante el período musulmán, y ampliado durante los siglos XIV y XV, período que definirá la idiosincrasia de este pueblo.
Este amplio castillo de origen musumán,, situado en un roquedo de gran altitud, fue testigo de hechos y vicisitudes fronterizas castellano-portuguesas en la zona. Serían los templarios posteriormente quienes se harían cargo de este recinto amurallado, alrededor de 1.230 con Fernando III, para pasar posteriormente a manos de la orden de Calatrava. Actualmente se condiciona para ser un hotel rural.
En el recorrido por la zona nos desplazamos seguidamente hasta una explotación agroturística, propiedad de D. Rafael Gómez Nogales,Se trata de una atractiva dehesa de encinas y alcornoques destinada fundamentalmente a la actividad ganadera de caballos, vacas y cerdos ibéricos. Allí se nos mostró cómo era su funcionamiento, donde contemplamos actividades relacionadas con el ganado vacuno como el cambio de cerca de una piara de vacas a caballo por vaqueros de la Dehesa, así como el manejo de las razas allí existentes.
También fueron muy interesantes las actividades relacionadas con el cerdo ibérico, mostrándonos el proceso de cría desde la producción del lechón hasta la finalización del engorde en Montanera, y también lo concerniente a la yeguada y la utilización del caballo en la dehesa con una exhibición de Caballo Pura raza española montado a la doma clásica y a la vaquera.
Terminadas estas actividades agropecuarias, visitamos la localidad portuguesa de Monsaraz, un verdadero museo abierto. Se rata de un conjunto arquitectónico protegido por una muralla medieval construida en tiempos de los reyes Alfonso III y de D. Dinis.
Este pueblo encantador es totalmente peatonal y tiene sólo dos calles, la Rua Direita y la Rua de Santiago. Una visita a Monsaraz puede empezar por Porta da Vila; tras las escaleras tenemos un punto que podemos usar de mirador de la región. El corazón de la villa es la Igreja Matriz, en cuya esquina está el Puesto de Turismo. En la plaza hay un peculiar picota del siglo XVIII coronada por una esfera del universo.
El castillo tiene un torre del homenaje de forma pentagonal. Fue levantado en el siglo XIII por el Rey Afonso III. Otras puertas son la de Evora, Alcoba y Cisterna. Todo el pueblo está abrazado y protegido por la muralla medieval y los baluartes que se levantaron durante la guerra de 1640. Por pequeño que sea el pueblo no deja de tener una buena cantidad de estructuras de defensa militar que sirvieron durante las guerras fronterizas. Recomendamos las vistas desde la Torre das feiticeiras ( Torre de las brujas ). La Capilla de San José se ha conservado a duras penas, así como la ermita de Sâo Joâo Baptista.
El campo que rodea Monsaraz tiene vestigios prehistóricos. Dólmenes, menhires y cromlechs que hacen de este lugar uno de los grandes campos megalíticos de Portugal. Son de época neolítica, alrededor de 3000 años antes de Cristo y pueden superar los 4 metros de alto. No sé sabe con seguridad su significado; una teoría sostiene que son falos usados en ceremonias de fertilidad para obtener favores de los dioses. El ejemplar más destacado es el menhir de Outeiro, de más de cinco metros de altura, el crómlech de Xarez y el dolmen de Olival de Pega. También hay un menhir que recuerda a la forma de un útero femenino y que es llamado Menhir da Rocha dos Namorados.
Por último visitamos un centro de turismo fluvial: el Gran lago de Alqueva, el mayor lago artificial, como testigo de que España y Portugal comparten el río Guadiana en una buena parte de su frontera. En sus aguas, la construcción de esta presa o embalse, en la región portuguesa del Alentejo, ha originado el mayor lago artificial de Europa occidental.
En la actualidad, el Lago Alqueva es una de las alternativas de turismo náutico mas interesantes de la península, ya que te permite navegar estando “tierra adentro”, en una inmensa superficie de 250 kilómetros cuadrados. De hecho, una variada oferta de servicios ha nacido a la vera de este lago, desde casas rurales, casas “flotantes”, circuitos de senderismo, alquiler de botes y hasta de cruceros para pasar tus vacaciones como si fuera en altamar.
El lago nació con una represa cuyo muro tiene una altura máxima aproximada de 90 metros, con una longitud de 450 metros. La retención de aguas ha originado la inundación de unas 25.000 hectáreas, extendiéndose hacia el norte unos 80 kilómetros, hasta el paraje de Puente Ajuda.
Las costas recortadas del lago le hacen especialmente atractivo para descubrir pequeñas calas. La longitud de sus costas, es similar a la de todo el litoral marítimo portugués. El objetivo principal de esta obra es la de dar agua a unas tierras históricamente secas. Hoy permite regar unas 100.000 hectáreas de terreno. Su central hidroeléctrica, produce unos 380 MW/hora. La zona ha sido declarada Reserva Ecológica Nacional por el Ministerio de Medioambiente de Portugal. Del lado español, la Consejería de Industria, Energia y Medioambiente de Extremadura, trabaja también para conseguir el difícil equilibrio entre aprovechamiento de su potencial turístico y la preservación del entorno.
Allí, en el restaurnate Amieeira marina,situado en las orillas del Gran Lago, tuvimos la ocasión de degustar la gastonomía típica portuguesa tradicional alentejana.