Hay lugares en nuestra geografía provincial que merecen un obligado alto en el camino. En alguno de ellos, el arte alcanza el mayor contenido ornamental entrecruzado con el sentimiento religioso que abocó en tiempos de la Edad Moderna, buscando en la devoción la mayor expresión artística de los grandes hombres del Renacimiento y el Barroco. Eso lo encuentras en este lugar, Villaescusa de Haro, pueblo de los obispos por ser cuna de numerosos prelados –diez en total- en tiempos de Don Diego Ramírez de Fuenleal, el más reconocido de todos.
Pero es que este lugar es excelente en historia y en arquitectura. Camino de la gran noble puebla de Belmonte, encuentras una Villa Excusa dentro del territorio de Haro. Nacida en tiempos de repoblación como aldea dependiente de la Orden de Santiago con cabecera en Uclés, fue declarada villa en tiempos del maestre santiaguista Don Fadrique, en 1387, pues como tal empezó a gobernarse con Fuero de Cuenca.
Sin embargo y aunque tuvo tiempo para ser capital de concejo con las aldeas de Haro, Villar de la Encina, Carrascosa y Rada bajo su jurisdicción, es, en tiempos de los Reyes Católicos cuando quedaría exenta de toda jurisdicción gracias al pago de doscientos cincuenta maravedíes que la harían libre. Después, pertenecerá a Ocaña por ser capital de la Orden, religiosamente al arciprestazgo de Belmonte y jurisdiccionalmente a la Tierra de Cuenca. En su extensión, incluida en La Mancha, adecua su contenido a esa formación en ocres y dorados al sol, como territorio de emblema.
Sin embargo, es tierra antigua. Lo es, por muchas razones. Fue llamada Fuentebreñosa, fundada cerca de un cerro con un rico manantial que le abastecía, luego en tiempo de los visigodos cambiaría de lugar, asentándose ya en este mismo que en época de repoblación fundase territorio.
En sus proximidades, el castillo de Haro, solitario nos recuerda su bonanza y tiempos lejanos de gloria, y en su comarca abundan despoblados que tuvieron su prestancia, pues el del Castilmuño, Encabalgador, Cerezo, Giliberte y las cuevas hondas de las Horadadas, cavadas en piedra de yeso, con varios caños, dan verdadera prueba de ello. Los tiempos guardan hazañas, por eso la Cañada de la Batalla, cerca de Haro o la Huesa de Palenciana, majano que está camino de Belmonte.
Las aguas del río Záncara cruzan su término por el extremo sureste, lejos queda el cerro de Orgaz donde se descubriese una mina de plata dando el nombre a ella de Nuestra Señora de la Encarnación, conocido hoy por el paraje de los Tesorillos, haciendo de este lugar y sus cerros vigías que la adornan como preciosa villa en tiempos del XVI.
Ahora bien, amigos, donde Villaescusa es bella, es desde luego en su caserío, en su arte, en su monumentalidad religiosa y civil.
El entramado de calles, algunas nobles, alberga edificios importantes. Entre sus plazas, la mayor con el Pósito y su ajardinamiento actual dándole entrada su arco de sillería que ajustaba el caserío en aquellos años del XVI, realzando todo el entramado. Pero es su iglesia la que significa el lugar. Dedicada a San Pedro Apóstol, de traza con-catedralicia en sus pináculos y arbotantes, es
excelente en su construcción. Una verdadera obra de arte arquitectónico que encastra su edificación al lado del palacio de los Ramírez de Fuenleal, ahora Ayuntamiento, tal vez el palacio de ese marqués de Moscoso, la Villeta, esa Casa del Curato en piedra solemne, el convento de las Madres Justinianas con su iglesia del Santo Cristo, las ruinas del Claustro de los Dominicos o convento de la Santa Cruz, la ermita de Santa Bárbara, sin olvidar aquella fuente romana que queda y el edificio que iba a ser la primera Universidad de Castilla, iniciada como colegio por el propio obispo Ramírez y abandonado a mitad de su construcción por la ingerencia indecorosa del cardenal Cisneros. Ahí estuvo la clave de lo que hubiera podido ser este núcleo castellano.
Por eso, este lugar ha sido cuna de hombres ilustres, pues en ella, Priores santiaguistas como Julián Ramírez, el que fundase el tercer convento carmelita
en Uclés, antes en Mazarulleque, luego don García Ramírez Guillén, último prior perpetuo de San Marcos de León, el afamado don Diego, fundador del Colegio de Cuenca de Salamanca, luego otros tantos obispos de la familia hasta doce, o Fray Juan de Yuste, general de los Jerónimos y, ya en la modernidad, el que a bien tengo de hacer ilustre mención por su ciencia, Don Luis Astrana Marín, han visto la luz y han hecho grande su historia para el mundo.
Para mí, Villaescusa tiene dos baluartes que abanderan su solera. El tal Astrana Marín, erudito del XIX, hombre de la literatura más profunda, crítico, prolífico traductor de obras, biógrafo de los grandes maestros universales,
conocedor de los escritores clásicos. Pero, el otro baluarte y, sobre todo, como muestra de la belleza en el estilismo puro de un Renacimiento solemne, es su Capilla de la Asunción.
Maravillosa hechura. Declarada de interés monumental incluida en el catálogo de los Tesoros nacionales, fundada por Don Diego Ramírez, en 1507, con su planta cuadrada reducida a octógono por medio de trompas en el arranque de la bóveda de crucería con esos tres arcos góticos que le dan entrada y su hermosa reja. Junto al altar sus estatuas orantes de los sobrinos del fundador, su retablo tallado en madera renacentista, los remates en pináculos externos y un maravilloso conjunto que no puede pasar sin ser visitado. Es una joya de nuestra riqueza provincial, inolvidable en su visita, pues no con relatar queda así conceptuada, hay que visitarla sin excusa alguna.
Revista 52
Formidable articulo. Gracias Miguel.
Hola Miguel. Soy investigador, y estoy haciendo un estudio sobre la Hermandades de Ánimas de Herencia (mi pueblo, en CIudad Real). Conozco de la existencia histórica de la Hermandad de Ánimas de Villaescusa, con una capilla en la Iglesia de San Pedro, e incluso de un lienzo de esa Hermandad. En Septiembre, que es cuando cojo las vacaciones, quiero ver in situ ese lugar. SIn embargo, me gustaría saber si conoces algo de la historia de esa Hermandad, si existe aún, y sobre todo me gustaría ver una imagen de ese lienzo.
¿Es posible?
Un saludo.
Me he puesto en contacto con la alcaldía de Villaescusa de Haro y me han comentado que espere a ver si tienen alguna imagen, de todos modos a lo largo de hoy o mañana, me informarán. He estado en dos ocasiones en Villaescusa viendo el magnífico y desconocido retablo barroco que hay en la misma iglesia de San Pedro y no vi ningún lienzo.
Gracias Luis Manuel por tu atención. Sé que existió ese lienzo en una ermita denominada de «las animas» pero no sé si seguirá en la actualidad… espero que sí. Yo llevo casi un mes llamando al número que tengo de la Parroquia, pero no me lo coge nadie. A ver si entre uno u otro, sacamos algo.
Insisto, gracias por tu interés.