“El 26 DE AGOSTO HUBIERA CUMPLIDO 100 AÑOS NUESTRO QUERIDO CORTÁZAR (1914-1984)”
El 26 de agosto de 1914 hubiera cumplido cien años Julio Cortázar; un símbolo en los relatos fantásticos y huella que dejó en la literatura por su ruptura con el lenguaje convencional. Se le considera como uno de los innovadores de su época, maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve rompiendo con los moldes de la línea temporal.
Nacido en Ixelles (Bruselas), el 26 de agosto de 1914 ya que su padre era funcionario de la embajada argentina en Bélgica. Su nacimiento fue producto del turismo y la diplomacia, nació en los días de la ocupación de Bruselas por los alemanes, a comienzos de la primera guerra mundial. Cortázar desembarcó en su tierra a los cuatro años y vivió en la localidad bonaerense de Banfiel, en el sur del Gran Buenos Aires y allí donde pasó el resto de su infancia. La lectura era una diversión para él. Desde los nueve años fue un precoz lector así como escritor ya que con nueve o diez años leía a Julio Verne, Victor Hugo y Edgar Allan Poe; aparecieron al mismo tiempo sus primeros sonetos y cuentos. Así muchos de sus cuentos son autobiográficos mostrando parte de su infancia. Estudió magisterio y se recibió de profesor en la escuela normal de Profesores Mariano Acosta en 1935. Coenzó la carrera de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires y dictó clases de literatura en Bolívar, Saladillo y Chivilcoy, donde se afincó entre 1939 y 1944.
En 1944 se trasladó a la ciudad de Mendoza a la Universidad Nacional de Cuyo impartiendo clases de literatura francesa donde puso de manifiesto su rol de profesor universitario , en los claustros que comenzaban a agitarse, al tiempo que el coronel Juan Domingo Perón despuntaba en el horizonte político. Sus privilegiados alumnos participaron con entusiasmo de sus clases, en las que sobrevolaban el surrealismo y figuras como el conde de Lautrémomt -traducido por Cortázar-, Rimbaud, Baudelaire, Rilke o John Keats.
En 1947 colaboró en varias revistas, una de ellas, Realidad, en la que publicó La teoría del túnel y en Los Anales de Buenos Aires apareció su cuento Bestiario, publicado en 1951, el mismo año en que el escritor partió como traductor con una beca de la Unesco a París, para quedarse allí en forma definitiva.
En 1953 se casó con Aurora Bernárdez, con la que mantuvo a través del tiempo una estrecha relación y es la actual heredera de su obra. Su segunda pareja fue la lituana Ugné Karvelis y su última compañera, la escritora estadounidense Carol Dunlop, el gran amor del escritor. Con ella realizó numerosos viajes a Nicaragua y el trayecto en auto que emprendieron durante 33 días por la autopista París-Marsella y fue plasmado en su libro “Los autonautas de la cosmopista”.
Sus relatos caracterizados por un amplio ritmo narrativo suponen un amplio golpe en la vida cotidiana mientras que la realidad salta como una bombilla dentro de sus posibles y desconocidas dimensiones; el humor, el juego y la búsqueda de autenticidad son las características básicas que los definen. Su lenguaje coloquial, su atmósfera fantástica e inquietante son similares a los que José Luis Borges en sus relatos. El lector siempre queda atrapado en los cuentos y más si se leen en voz alta; la sintaxis, la disolución de la realidad, lo insólito, el humor y el misterio hacen de los cuentos algo verosímil. El escritor argentino jugaba con los géneros, jugaba con las formas, pero también con el lenguaje
El sentimiento que tenían sus amigos y conocidos hacia Cortázar era intenso y profundo; escucharle y aprender de él, deleitarse y embobarse con sus palabras era el momento plácido de los que le escuchaban en coloquios y entrevistas. Lo fantástico de sus relatos no tenía explicación ninguna ya que si la hubiera no existirían relatos fantásticos. No entendía el límite entre lo real y lo fantástico ya que ya que no existía para él ninguno que fuera una cosa sola o la otra. Para él, era una cura gratuita el escribir cuentos fantásticos que le llevaran a evitar acudir al psicoanalista debido a las neurosis que a él le emergían.
En “El perseguidor, a través de sus admiraciones, pensamientos y sentimientos, puso de relieve su amor por el jazz, protagonizado por Johnny Carter – personaje de ficción basado en el saxofonista Charly Parker, exponente máximo del bebo que revolucionó el jazz en los años 40 – y por un crítico Bruno, autor del estudio musical de Carter en el cual se resalta la vida parisina. Al mismo tiempo uno se da cuenta que al escribir “Rayuela” también resalta el papel de un buscador o perseguidor, búsqueda individualismo del propio “yo” o como lo denominaba él, la “búsqueda ontológica”. En ambos libros se refleja la personalidad del autor que los escribió, sin tener por tanto, un sentimiento propio como individuo, el sentimiento de su pueblo y de la propia humanidad. «Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo», se lee como cita de «Rayuela». Existe un encuentro amoroso entre La Maga y Horacio Oliveira. Cortázar inserta palabras imaginarias junto con otras incluidas en los diccionarios, para crear más verosimilitud en el lector. El resultado es una narración íntima entre los dos protagonistas de Rayuela, La Maga y Oliveira, que activa la imaginación del lector. El lenguaje inventado a veces, funciona como juego y como un verdadero quebradero de cabeza para los traductores la obra cortazariana.
En su novela “62” acude a la noción de figura y constelación o sistema de causas y efectos que no corresponden a nuestras leyes perceptibles. Intenta mostrar la vida de todos nosotros cuando desencadenamos consecuencias de las cuales no tenemos sospecha y terminar esos efectos en personas sin imaginar la causa y luchar contra la causalidad humana en esta novela. En 1938 publicó, bajo el seudónimo de Julio Denis, el libro de poemas “Presencia” y en 1949 con su propio nombre, apareció un poema dramático “Los reyes” sobre el mito del Minotauro.
Él captaba la realidad de forma poética, su motor para escribir era un impulso poético, se percataba de lo que acontecía como un suceso capaz de generar en un futuro nuevos acontecimientos posibles. Allí él entraba de manera fugaz en lo que acontecía, en el mundo de las cosas que ocurrían y pasaban, en el mundo de las acciones y en el conflicto de las pasiones.
En Cortázar existía un mundo poético y uno novelístico similares en cuanto sentimiento y actitud. En la mayoría de los textos de Cortázar los personajes no son monolíticos, es decir, de una sola pieza sino que acumulan múltiples caras. En Cortázar la realidad abarca todo: los sueños, las fantasías, los desórdenes…todo el mundo fantástico según Cortázar está dentro del nuestro.
En múltiples ocasiones se ha presentado a Cortázar como un continuador de Borges o un escritor fuertemente influido por él. Pero sin embargo, la concepción del relato para ambos es bien diferente. Para Borges todo es “irreal”, su realidad es la irrealidad y no existe otra que esa irrealidad. Lo fantástico en Borges es pues lo contrapuesto al orden de la realidad. En contraposición, Cortázar explicó en tres de sus artículos la asignación del género fantástico que en la concepción más amplia de la palabra va de lo sobrenatural a lo misterioso, de lo terrorífico a lo insólito y lo busca a través de lo gótico. Lo sobrenatural o fantástico lo considera como modalidad ficcional en la que se vuelve la espalda a la realidad. No diferencia demasiado lo “fantástico”, “maravilloso” o “extraño”. Cortázar estira los límites de la realidad en sus relatos teniendo cabida por tanto, lo insólito, lo inesperado, lo excepcional…Cortázar descompone la realidad, crea nuevos horizontes y nuevas conductas, abre puertas y caminos insólitos e inesperados. La filosofía le hostigó desde el principio al tiempo que un sentimiento poético de la realidad. El espacio, el tiempo, la vida y su esencia; él indaga a través de los presocráticos sin diferenciar razón de intuición, no distingue entre realidad y magia, ni entre prosa y poesía.
En su obra aparece; también los pasajes que anudan mundos alejados en el tiempo y en el espacio para trasladar al lector a un lugar desacostumbrado, que requiere de su participación activa en la narración.
En 1960, la novela “Los premios”, los registros y abordajes en la obra de Cortázar son múltiples como se ve en la que se observa esa peculiar organización cortazariana; en “Historias de cronopios y de famas” de 1962 rompe con los cánones de la época y conmueve el universo literario argentino. Aquí aparece el célebre personaje de la Maga y el protagonista Horacio Oliveira, al igual que Cortázar, un intelectual argentino situado en París en la primera parte y en la segunda, en la Argentina. Anotaciones, recortes periodísticos, poemas, y misceláneas integran la última parte que pueden intercalarse como el lector prefiera con las otras dos. Su primera visita a Cuba en 1962, más su posterior adhesión a la revolución sandinista, no sólo marcó su vida sino también su obra, en la que política y literatura se enhebraron con naturalidad en aquellos momentos, en los que el descubrimiento de la presencia de los otros y del prójimo le dieron a su escritura un nuevo sesgo. La revolución cubana para Cortázar fue la causa de su concepción del mundo y de la historia de Latinoamérica. De este modo se transmitió en incorporar ciertos contenidos y temas en sus cuentos. Pero hablar de Cortázar implica también mencionar su aversión temprana al peronismo, una actitud que llevó consigo en su viaje a París hasta que los ecos de la revolución cubana, lo condujeron gradualmente a apoyar las causas revolucionarias que irrumpían en los países del Tercer Mundo.
En 1967 escribe “La vuelta al día en ochenta mundos”, en el 1968, “Modelo para armar” y en 1969, “Último round. Su costado lúdico se hace evidente en En 1970, Cortázar viajó a Chile para asistir a la asunción como presidente de Salvador Allende. Más tarde escribiría “Dossier Chile: el libro negro, sobre los excesos del régimen del general Pinochet”. En 1971 reflejó su ambivalencia hacia Cuba en un poema en los Cuadernos en marcha bajo el título “Policrítica en la hora de los chacales”.
En el libro de Manuel (1973), novela calificada por Cortázar como la peor pero “no fallida”, es un reflejo de su compromiso político a través de diversos elementos que irrumpen en el relato en una superposición que incluye artículos periodísticos, gráficos, la historia de todos los días -1969/1972, con cierto tono lúdico y de juego, lleno de alegría por el mero hecho de llegar a nosotros mismos. Fue galardonada con el Médicis étranger entregando el dinero de dicho premio al Frente Unificado de la resistencia chilena. En 1974 pidió junto con escritores tales Borges, Bioy Casares y Octavio Paz, la liberación de Juan Carlos Onetti.
Francois Mitterrand le otorgó a Cortázar la nacionalidad francesa, tres años antes de su fallecimiento, el 12 de febrero de 1984.El año anterior el escritor volvió a la Argentina, donde paseó su alargada figura por las calles de Buenos Aires, con la sorpresa pintada en su rostro -todavía con un dejo infantil-, frente al recibimiento y los aplausos de la gente, aunque las autoridades nacionales no acusaron recibo de su visita.
En la Biblioteca Nacional de Bueno Aires se ha colocado una estatua en honor al escritor argentino. Argentina celebra este a ritmo de jazz, con trazos de cómics, brillos de fotos, reedición de libros, conferencias y la colocación de una estatua en la Biblioteca Nacional el centenario del nacimiento del escritor Julio Cortázar. Desde enero a diciembre, Argentina celebra el «Año Cortázar 2014: Cien años con Julio», como iniciativa conjunta del Ministerio de Cultura de la Nación, la Televisión Pública, Biblioteca Nacional, el Museo Nacional de Bellas Artes, el Museo del Libro y de la Lengua, el Palais de Glace y la Casa Nacional del Bicentenario para recordar el centenario del nacimiento del escritor. Los homenajes en Cuba también contemplan la entrega del Premio Iberoamericano de Cuento Julio Cortázar.
Como defiende Yurkievich:
Cortázar quiso cambiarnos la vida. Concebía la literatura como transfusión de savia, como trasplante de médula; función del ser antes que propiedad de la palabra. Quiso transformar nuestra aprehensión y nuestra relación con el mundo. Su mensaje concierne fundamentalmente a la condición humana. Dilatar el decible literario era parte de una empresa más ambiciosa: acrecentar lo concebible, lo representable, lo cognoscible. Cortázar nos propone un cambio de mentalidad y por ende de conducta, otra experiencia del mundo, otro mundo posible. Reescribir el mundo significó para Julio redescribirlo, instalarse imaginariamente en pleno plexo para sobrepasarlo, para trasladarlo a otra factualidad regida por otra causalidad. Reescribir el mundo significó para Julio remodelarlo, promover la concordancia entre la subjetividad deseante y la objetividad deseada, volverlo más habitable.
http://www.martinezbarrios.com.ar/26-de-agosto-centenario-del-natalicio-de-julio-cortazar/
http://www.laprensalara.com.ve/conmemoraron-el-centenario-de-su-nacimiento/
http://www.semana.com/on-line/articulo/julio-cortazar-habla-grandes-temas-su-obra/65032-
http://www.epdlp.com/escritor.php?id=1607
revista la alcazaba 58