LA GRAN GUERRA (1914-1918)
Fernando-José Sánchez Larroda.
En junio del año pasado se conmeró el primer siglo del inicio de una de los conflictos que más han conmocionado al Mundo. Hablamos de la Primera Guerra Mundial. Denominada la Gran Guerra por sus contemporáneos, aquellos que la iniciaron y la sufrieron. Se creía que iba a ser el conflicto que iba a finalizar con todos los enfrentamientos. Desgraciadamente, con un saldo de 17 millones de muertos (sólo entre los militares), desató una violencia sin parangón, que afectó para siempre la forma de entender las relaciones internacionales. A pesar de las pérdidas personales y materiales que trajo, no sirvió para que los dirigentes y, también, el pueblo aprendieran sus consecuencias. Así, en el armisiticio y los tratados de paz, se preparó otra guerra. Esta vez, mas salvaje que la precedente. Para que no vuelvan a producirse hechos históricos de estas características, es necesario repasar sus causas, desarrollo y secuelas.
1.- El sistema “Bismarckiano de Estados”.
Francia, en el marco de la Guerra Franco – Prusiana de 1870 – 1871, sufrió una aplastante derrota frente a las competentes tropas de Helmuth von Moltke. El conflicto conllevó gravísimas implicaciones para los galos. Por una parte, el derrocamiento de Napoleón III y la declaración de la III República. Por otra, la relegación de la gran potencia a un papel secundario en la diplomacia europea. Sin embargo, los sucesos que más humillaron a los franceses fueron la pérdida de Alsacia y Lorena, a favor de Prusia y el nombramiento de Guillermo I como Káiser de los alemanes en Versalles y el nacimiento del Imperio Alemán (II Reich, 18 enero 1871). Con estos acontecimientos nació un odio irracional y unas ilimitadas ansias de venganza.
Bismarck, convertido en máximo dirigente del Imperio, transformará a Alemania en árbitro de la diplomacia internacional durante el último tercio del S. XIX. Su instinto, para conseguir este objetivo, le llevó a concebir un entramado de alianzas que consiguieron aislar políticamente a Francia, la irreconciliable enemiga de su país. Entre 1870 y 1890 creó un una red de “sistemas”, clave para mantener el “Statu Quo” continental. Javier Tusell nos resume de un modo brillante tal mecanismo:
a.- Primer sistema: 1- “Entente de los Tres Emperadores” (Alemania, Austria – Hungría e Imperio Ruso; 1873).
b.- Segundo sistema: 1- “Doble Alianza” (Alemania y Austria – Hungría; 1879); 2- Renovación de la “Entente de los Tres Emperadores” (1881); 3- “Triple Alianza” (Alemania, Austria – Hungría e Italia; 1882).
c.- Tercer sistema: 1- “Tratado de Reaseguro” (Alemania y Rusia; 1887); 2- “Pacto Mediterráneo”. Creado a instancias de Bismarck (Austria – Hungría, Gran Bretaña, España e Italia).
2.- La crisis del sistema.
En 1890, Bismarck, a consecuencia de sus discrepancias con el nuevo Káiser Guillermo II, dimitió. Con ello, el equilibrio creado para aislar a Francia y evitar una guerra, desapareció. Los franceses romperán el bloqueo alemán. Lo lograron mediante una serie de circunstancias:
a.- Deseo ruso de expandirse en los Balcanes. Se quería crear una gran federación de pueblos eslavos. Esto chocaba con los intereses de Austria, quien recelaba de los pequeños Estados independizados del Imperio Otomano (principalmente Serbia), que se podían convertir en ejemplos a seguir en los reductos eslavos de su propio territorio.
b.- Italia. Quería recuperar Istria y Trento, en manos austríacas. Ante el ofrecimiento francés para recuperar estos territorios, se alejó de la “Triple Alianza”.
c.- La pretensión del nuevo Káiser, Guillermo II de convertir a Alemania en una gran potencia colonial, lo que le enfrentaría con Gran Bretaña.
Estos hechos destruyeron la obra de Bismarck y contribuyeron al nacimiento de la Triple Entente”: 1- “Doble Alianza” franco – rusa (1894); 2- Acercamiento franco – italiano (promesa italiana de neutralidad a Francia, caso de ataque germano; 1902); 3- “Entente Cordiale” franco- británica (1904); 4- Compromiso anglo – ruso (1907
Las diferentes naciones europeas, enfrentadas a un conflicto de dimensiones apocalípticas, tomaron dos posturas claramente diferenciadas. Por una parte, los países que, en principio, permanecerán neutrales. Por otra, los Estados que desde el primer momento toman partido.
Las naciones neutrales las encontramos tanto en el Centro y Norte europeos (Suiza, Holanda, Dinamarca, Suecia y Noruega), como en el Mediterráneo. En el Sur de Europa, sus diferentes pueblos (exceptuando Turquía, que se alió a los germanos), en general se sentirán desvinculados a priori. Portugal, España, Italia y Grecia contemplan un conflicto iniciado por otros. También defienden unos intereses nacionales alejados de los que hicieron estallar la guerra. Con compromisos internacionales ambiguos y una opinión pública dividida, inicialmente se mantendrán al margen. Posteriormente, entrarán en el conflicto, más o menos tardíamente, junto a los aliados. Sólo España permanecerá neutral hasta el final, a pesar de la profunda división social existente entre aliófilos y germanófilos.
La Europa comprometida, tras la dimisión, en 1890, del anciano “Canciller de Hierro” Otto Von Bismarck, se enfrentaba a un período de incertidumbres. Con su desaparición, el equilibrio nacido de los esfuerzos del premier germano para mantener el equilibrio continental y evitar una guerra, se había esfumado. Las principales potencias regionales, se alinearon en torno a dos grandes alianzas antagónicas. Por una parte, la Triple Alianza. Pacto nacido durante el período anterior, que coaligaba a Alemania e Italia (jóvenes naciones unificadas en la segunda mitad del s. XIX), con el viejo Imperio Austro-Húngaro. Por otra, la Triple Entente. Asociación política que respondía a un conjunto de acuerdos firmados entre Francia, el Imperio Ruso y Gran Bretaña. Esta división reflejaba de modo fidedigno, la existencia de una grieta mucho más profunda, que afectaba a los sentimientos colectivos (enfrentamiento franco-alemán), a los intereses económicos (competencia anglo-germana) y a la estrategia mundial (reparto de zonas de influencia y control de territorios valiosos). Causas básicas del estallido de la I Guerra Mundial.
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Mucho se ha escrito sobre las causas de la “Gran Guerra”. Para unos, prima ante todo el problema económico. Para otros, en cambio, la clave se localiza en la enemistad franco –germana. Algunos Autores más, inciden en los problemas estratégicos mundiales y las crisis regionales. Finalmente, también se especula con la manipulación psicológica de la población. Para nosotros, no hay que descartar nada. El conflicto tuvo múltiples y complejas raíces que debemos estudiar con atención.
4.- El problema económico.
Se encuentra en el telón de fondo de la conflagración. Gran Bretaña, cuna de la “Revolución Industrial”, era, hasta la segunda mitad del siglo XIX, la única gran potencia económica mundial. Dueña de los mares, había impuesto a las demás naciones sus propios intereses. Sin embargo, a partir de dicho período, tendrá que competir con dos formidables rivales: Alemania y EE. UU. Fundamentalmente, con la primera.
Alemania, (uno de los últimos países en unificarse), poseía una industrialización muy competitiva, aunque tardía. Sus bases eran: 1- una tecnología muy avanzada; 2- una necesidad de concentración empresarial enorme (mayor que en EE. UU); 3- una gran coordinación entre industria y ciencia. A pesar del enorme impulso que experimentó entre 1880-1914, su potencial se encontraba limitado a un territorio relativamente pequeño. Por ello, se preparó para la expansión ultramarina. Empero, en su búsqueda de colonias, se vio muy coartada por las dominios de sus rivales. Había llegado tarde al reparto del Planeta. Por ello, su necesidad de materias primas y mano de baratos no se podían satisfacer. Tampoco obtuvo nuevos mercados y zonas de influencia. Pronto, la colisión de sus intereses nacionales con los británicos, empezaron a entorpecer la diplomacia europea.
Para la historiografía marxista, la principal causa de la Gran Guerra fue precisamente la económica. Sus autores llegan a la conclusión que el Imperialismo fue la clave del estallido de la Gran Guerra. Parten, para sus investigaciones, de la enconada lucha que mantuvieron las grandes potencias por repartirse el Mundo, controlar los mercados y áreas de influencia política y del capital financiero, El primer autor en analizar el problema desde este punto de vista, fue Lenin, en su obra “El Imperialismo, fase superior del Capitalismo”, (1916). Sin embargo, como veremos, la cuestión no es tan sencilla.
5.- La enemistad franco – alemana.
Como hemos comentado inicialmente, otro de hecho histórico esgrimido como principal causa de la I Guerra Mundial es la sempiterna enemistad entre Francia y Alemania. El origen de tal enfrentamiento era la reivindicación francesa de Alsacia-Lorena, territorios galos perdidos durante la guerra franco-prusiana (1870-1871), en el marco de la unificación alemana (1864-1871). Desde entonces la diplomacia europea se vio empañada por el revanchismo francés, entre 1871 y 1914.
La humillación de la invasión de Alsacia y Lorena, originó en Francia, un profundo sentimiento popular y patriótico anti-germano que exigía a los dirigentes una reparación de tal pérdida. En esta situación el país galo encontró el aliado que necesitaba frente a Alemania: Rusia. Ésta precisaba ayuda para poder enfrentarse a Austria-Hungría en los Balcanes. Al mismo tiempo, necesitaba una urgente modernización, por lo que le era prioritario encontrar cuantiosas fuentes de inversión En 1892, ambos países firmaron un acuerdo militar, lo que implicaba la modificación del equilibrio europeo creado por Bismarck. La revancha francesa ya estaba en marcha y será un elemento fundamental para el estallido de la Gran Guerra. Tras el armisticio (1918) y los subsiguientes tratados de paz, el odio anti-alemán llegará a tales niveles, que se convertirá en uno de los gérmenes de la II Guerra Mundial
6.- La estrategia política mundial y las crisis regionales.
La estrategia mundial de preguerra osciló entre la competencia anglo-germana en el Próximo Oriente y la ruso-austríaca en los Balcanes. Para poder mantener un equilibrio diplomático que evitase cualquier tipo de enfrentamiento armado, se estableció un amplio abanico de acuerdos. Por una parte se preservaba la paz, estableciendo normas de convivencia política y por otra, se conseguían áreas de influencia. De este modo tenemos:
a.- Creación por parte de Francia, Inglaterra e Italia de una especie de Entente mediterránea, para dividir políticamente África del Norte (1902-1904).
b.- Acuerdo franco-italiano de 1900-1902. Establecía las reglas diplomáticas a seguir en el ámbito del Mediterráneo Sur. Francia se comprometió a no extenderse hacia Tripolitania (Libia occidental), zona de influencia italiana Por su parte, Italia no obstaculizaría la penetración francesa en Marruecos.
c.- Pacto franco-británico de 1904. Sus objetivos eran semejantes a los del anterior. Francia reconocía total libertad a Inglaterra en Egipto. A la par, Inglaterra se desentendía de Marruecos, a favor de Francia, protegiéndose los intereses españoles en la zona.
En cuanto a las crisis regionales, éstas creaban graves problemas internacionales. Apuros subsanados por los equipos diplomáticos de cada país para evitar su degeneración en una temida guerra general. Tal es el caso de las crisis marroquíes de 1905 y 1911 (debido a la intervención alemana en el Magreb) y las crisis balcánicas de 1908-9 y 1912-13. Sin embargo, los gobiernos, presionados por los militares, empresarios y el pueblo, a pesar de sus esfuerzos para mantener la paz, proseguirán una carrera armamentística que derivará la potencia industrial de Occidente hacia la producción bélica. Una crisis regional violentamente tratada, podía desatar una guerra total, sin precedentes desde 1815.
Dentro de las crisis que prepararon el camino para el enfrentamiento, destacan ante todo las que afectaban a los Balcanes: En esta región, confluían intereses contrapuestos. Por una parte, Austria-Hungría quería ampliar sus fronteras. Por otra, Rusia quería controlar el paso de los estrechos (Bósforo y Dardanelos), lo que permitiría a su flota la libre navegación desde el Mar Negro al Mediterráneo. Al mismo tiempo, los pequeños Estados independizados del Imperio Otomano deseaban mantener su situación política. El último intentaba conservar sus últimas posesiones europeas. En 1908 Austria-Hungría proclamó unilateralmente la anexión de Bosnia – Herzegovina (regiones teóricamente turcas, pero desde 1878, bajo dominio austríaco). Esta acción consolidaba el control austríaco en la región, Rusia, autoproclamada guardiana de los intereses eslavos locales, se sintió burlada. Para contrarrestar el golpe, animó a los pequeños Estados balcánicos a crear una coalición contra el Imperio Otomano. Así, en 1912, Serbia, Bulgaria, Grecia y Montenegro formaron la “Liga Balcánica”. En octubre de este año estallo la
Primera Guerra Balcánica entre la Liga y el Imperio Otomano (duró tres meses y acabó con la derrota turca).
Rusia obtuvo su revancha y los países de la Liga ampliaron sus fronteras incorporando casi toda la zona europea otomana. La Segunda guerra Balcánica surgió por las diferencias entre los miembros de la Liga. Así, en 1913, Bulgaria atacó a Serbia y Grecia, pensando en adjudicarse territorios turcos anexionados en la anterior guerra. Los rumanos y los mismos turcos apoyaron a Grecia y Serbia. Bulgaria fue derrotada, quedando bajo el dominio del gobierno de Belgrado, las zonas que se habían invadido en 1912. Las grandes vencedoras de las dos guerras fueron Serbia, que doblo su extensión y Rusia (como líder indiscutible de los eslavos). Los conflictos balcánicos aceleraron los planes armamentísticos de las potencias.
7.- La manipulación psicológica de la población.
Aparte de las rivalidades político-económicas, para comprender el conflicto, hay que incidir en la preparación psicológica nacional. Es decir, la manipulación de la exaltación patriótica y nacionalista (muy exacerbada en ciertos países como Alemania, Francia o Serbia). Todo, para obtener, por parte de los grupos de presión, el apoyo sin paliativos, del propio pueblo, en caso de declaración de guerra.
En Francia y Alemania se utilizará la historia nacional para crear un espíritu revanchista popular. Para Francia, el invasor siempre vino del Este. Se ha substituido al inglés por el alemán como enemigo nacional. La Guerra de 1870 y la pérdida de Alsacia-Lorena alimentan el patriotismo y enseñan que el desastre siempre llega de Alemania. Los niños germanos aprenden que el país es el guardián de la civilización occidental frente a los eslavos. Se considera que el peligro está en el Este, pero también en el Oeste. El mercantilismo inglés y el odio francés,se unen a las ambiciones rusas contra el Imperio Alemán.
En Rusia se recuerda constantemente las invasiones polacas y alemanas, glorificándose la figura de Alexander Nevski, gran caudillo ruso que combatió contra los teutones, suecos y tártaros en el s. XIII.
El destino de cada pueblo estaba marcado por el enemigo hereditario. Francia contra Alemania. Ésta contra Francia y Rusia; Rusia contra Alemania. Italia contra Austria. Turquía, contra los eslavos. Este espíritu se extendió a gran parte de la clase obrera. Los partidos socialistas cuando comenzó la guerra olvidaron su pacifismo e internacionalismo, alineándose al lado de sus respectivos gobiernos. Sólo los más radicales se opusieron al conflicto.
En este apartado seguiremos al profesor Hans Dollinger para su estructura.
8.- El estallido de la Guerra.
El 28 de junio de 1914, el archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, heredero al trono austro-húngaro, y su mujer fueron asesinados en Sarajevo, capital de Bosnia, por el estudiante bosnio Gavrilo Princip, miembro de la organización terrorista secreta serbia “La Mano Negra”. Ocurrió en un clima político amenazador, haciendo estallar el enfrentamiento latente entre Austria-Hungría y Serbia. El hecho fue el último de una serie de atentados en los territorios sudeslavos austríacos, realizados para mostrar al Mundo la ilegitimidad del dominio Habsburgo en Bosnia-Herzegovina. Viena reconocía, ya hacía tiempo, la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el irredentismo sudeslavo. La diplomacia austríaca elaboró un memorial en el que se solicitaba el apoyo alemán para aislar políticamente a Serbia en los Balcanes, como primer paso para su represión violenta. Princip dio el pretexto para realizar este programa sin rodeos.
El 23 de julio, Austria-Hungría remitió un ultimátum a Serbia, cuyos duros términos eran inaceptables para cualquier gobernante. El mecanismo de alianzas se puso en marcha. Rusia no podía aceptar la hegemonía de Austria en los Balcanes. Francia y Alemania debían respetar sus alianzas con Rusia y Austria-Hungría respectivamente. Al tiempo, el Reino Unido optó por frenar la hegemonía alemana en el continente. El 26 de julio, el zar, a raíz del ultimátum, ordenó una movilización parcial para intimidar a Austria. Simultáneamente, Alemania envió su ultimátum a Rusia y Francia. El 1 de agosto Alemania declaraba la guerra a Rusia y el 3 a Francia. Estallaba la Gran Guerra. Conflicto diferenciado de los anteriores por el uso, al servicio de la destrucción masiva, de los medios aportados por la Revolución Industrial durante el s.XIX. Lo que en principio fue un conflicto puntual, se convirtió rápidamente en un enfrentamiento entre dos coaliciones europeas, terminando en una guerra internacional.
9.- 1914: la guerra de movimientos en dos frentes.
Italia y Rumania se declararon en principio, neutrales, alineándose Turquía con Austria y Alemania. Inglaterra entró en guerra el 4 de agosto al no respetar Alemania la neutralidad belga. Alemania tomó la iniciativa de la guerra. Su plan de ataque, el Plan Schlieffen, era sencillo: su ejército se lanzaría sobre Francia a través de las neutrales Bélgica y Luxemburgo. Así, se evitaban las fuertes defensas francesas en la frontera común y se sorprendía al ejército galo por retaguardia. El gobierno francés ante el ataque, se retiró a Burdeos. Empero, los alemanes fueron frenados en el río Marne por el general Joffre, demostrándose que el conflicto sería largo. A la guerra de movimientos siguió la de trincheras. El frente occidental se transformó en una línea de trincheras y alambradas, que se extendía más de 700 km., desde el Mar del Norte hasta Suiza. En el Este, a la invasión de Prusia Oriental y de Galitzia por los rusos, siguió el contraataque alemán con las victorias de Hindemburg en Tannemberg y los lagos Masurianos (agosto-septiembre 1914).
El balance del primer año de conflicto, fue contradictorio. Por una parte el plan alemán había fracasado, y se entreveía que la guerra iba a ser larga; En este sentido, la potencialidad económica iba a ser fundamental; En ese aspecto, Francia y Gran Bretaña aventajaban a las Potencias Centrales, por su dominio marítimo y colonial. Por otra parte los germanos habían conquistado Bélgica, el NE. de Francia y la Polonia rusa. La guerra se asemejaba a una larga partida de ajedrez, en la que cada jugada podía decantar de un lado o de otro el futuro de los contendientes.
10.- 1915: la guerra de trincheras.
A principios de dicho año, el avance austro-germano en el frente oriental continuó, siendo rechazados los rusos más allá de Polonia, Curlancia y Lituania. Mientras, Serbia era conquistada y Bulgaria entraba en guerra del lado austro-germano. A la par, Italia declaró la guerra a Austria. A esto, se unió el fracaso del desembarco aliado en los Dardanelos para apoderarse de los Estrechos y abrir un nuevo frente en contacto con los rusos. A ello, como colofón, se añadió el resultado negativo de las ofensivas aliadas en el O., donde el posicionamiento en trincheras, frenaba todo avance. El balance final era favorable a los Imperios Centrales., si bien no alcanzaron una victoria definitiva. La guerra de desgaste que se avecinaba daba esperanzas a los aliados gracias a sus mayores reservas y al dominio de los mares.
4.- 1916: la guerra total
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En el frente occidental sigue una indecisa guerra de desgaste. Los alemanes fracasarán en su intento de romper el frente en Verdún, frenados por Pétain. Los aliados fracasarán en el Somme. En el frente oriental la situación favorecía a los Imperios Centrales. Rumania, que había entrado en la guerra del lado aliado, era conquistada casi totalmente a fines de 1916. Un hecho destacable será la utilización de la guerra submarina total por Alemania (“U–Boot”), para contrarrestar el bloqueo a que estaba sometida. Lo que favoreció la entrada estadounidense en la guerra del lado aliado en la primavera de 1917 (recuerdo del hundimiento del “Lusitania”; costa de Irlanda, 7 mayo 1915). Dicho bloqueo naval, forzó a la “Marina Imperial Alemana” a atacar la “Royal Navy” británica. Ambas flotas se enfrentarán en la batalla de Jutlandia (Mar del Norte, frente al litoral danés; 31 mayo – 1 junio 1916), único combate naval de la contienda, que finalizó con la retirada alemana ante la superioridad enemiga. 11.- 1917: el año decisivo. Cambio y Revolución .
En este año fueron infructuosas las ofensivas aliadas en el frente occidental, tanto las inglesas (Arras, Iser y Cambray), como las francesas (Aisne y Champagne). El oriental había desaparecido con el estallido de la Revolución Rusa, la llegada de Lenin al poder en noviembre y la rendición rumana. A estos éxitos se les unía la victoria austro-germana del río Piave sobre Italia. A pesar de ello, el agotamiento de los Imperios Centrales era evidente. Mientras, los aliados eran enormemente fortalecidos por los contingentes norteamericanos.
12.- 1918: fin de la guerra.
El tratado de paz de Brest-Litovsk (3 marzo 1.918), firmado por el gobierno bolchevique surgido tras la Revolución en Rusia, hizo salir a ésta de la guerra. Por su parte, Rumania aceptaba la paz por el tratado de Bucarest. Esto permitió al alto mando alemán dirigido por Hindemburg y Ludendorff alinear en el frente occidental el grueso de sus tropas e iniciar lo que podía ser la ofensiva definitiva, antes de que EE.UU. fuesen determinantes en la lucha. En la primavera de 1918 la correlación de fuerzas favorecía claramente a los aliados. La situación interna en Austria-Hungría y Alemania se descomponía rápidamente. La mayoría de la población quería la paz, a la vez que la posibilidad del estallido de una revolución aumentaba día a día. No obstante Hindemburg atacaba por el Somme, Flandes y el Aisne. Sin embargo, los aliados, mandados por Foch, tomaron la iniciativa. El Káiser era destronado y se proclamaba la república, mientras se solicitaba el armisticio, que entro en vigor el 11 de noviembre. La misma solicitud hacía Austria-Hungría, Bulgaria y Turquía.
En la Conferencia de Paz de París (enero 1919), hubieron 27 participantes, siendo los principales negociadores: EE. UU., Gran Bretaña, Francia, Italia y Japón. Las decisiones significativas fueron tomadas por el Presidente Wilson por parte de Estados Unidos, Lloyd George, por el Reino Unido y George Clemenceau, por Francia. En ella no se admitió a las potencias derrotadas. Cinco tratados restablecieron la paz entre los beligerantes (aunque no el equilibrio europeo): 1.- Versalles (28 junio 1.919), entre los aliados y Alemania (muy duro con ésta); 2.- Saint Germain ((18 septiembre 1919), entre los aliados y Austria; 3.- Neully (27 de noviembre 1919), entre los aliados y Bulgaria; 4.- Trianon (24 junio 1920), entre los aliados y Hungría; 5.- Sevres (10 agosto 1920), entre los aliados y Turquía, rectificado por los acuerdos de Ankara, entre Francia y Turquía, y por el de Lausanne. Estos tratados cambiaron substancialmente el mapa europeo. La transformación fundamental fue la aparición de nuevos Estados independientes: Polonia, Checoslovaquia, Yugoslavia, Estonia, Letonia, Lituania y Finlandia.
13.- La aparición de las nuevas armas de destrucción masiva.
Durante el desarrollo de la contienda, el frente occidental vio aparecer un sistema defensivo que será fundamental en la guerra de posiciones: las trincheras, posiciones defensivas casi infranqueables, formadas por barreras de alambradas y fosas excavadas en la tierra y protegidas por sacos terreros. El nuevo tipo de guerra, verá también aparecer nuevas armas como las granadas de mano, los morteros (imprescindibles en la guerra de trincheras), los lanzallamas y los gases asfixiantes. La aviación pasó de ser un elemento de observación a arma de ataque y bombardeo (tanto en aeroplanos como en dirigibles). Otra nueva arma será un invento inglés: el tanque o blindado, que será desarrollada posteriormente para convertirse en imprescindible junto a las demás en la II Guerra Mundial. En el mar, el dueño indiscutible fue el submarino, que los alemanes desarrollaron ampliamente al no contar con una flota convencional equiparable a la británica. Su utilización contra el bloqueo ocasionó multitud de hundimientos, tanto en naves de guerra como en mercantes. Al lado de las nuevas armas se perfeccionaron as ya existente. Una de las más temibles en las trincheras fue la ametralladora. También progresaron el fusil y la artillería
14.- Destrucciones materiales y pérdidas humanas.
Si bien las destrucciones materiales, comparadas con otras guerras, fueron muy considerables, sólo afectaron esencialmente al N. de Francia y a la flota mercante británica. A ello se le une el desgaste de las infraestructuras industriales y de transportes, y los 17 millones de muertos (sin contar los civiles) que Europa sufrió, lo que repercutió gravemente en el potencial económico y demográfico europeo. Sin embargo, hacia 1924, los daños estaban en su mayoría reparados, estimulando la reconstrucción la Economía e incrementado la deuda de los países afectados.
3.- Cambios políticos y sociales.
La guerra afectó a la estructura política de los beligerantes. Ante su duración, complejidad y novedad, se recurrirá a precedentes difícilmente adaptables y a improvisar soluciones comprometedoras del futuro. En los países democráticos, con el pretexto de reformar la autoridad y la disciplina, se redujeron las competencias de los organismos electivos, primando la razón de Estado sobre los derechos individuales, aumentando la influencia de aquellos sectores que el progreso de la Democracia, en tiempos normales, obligaba a retroceder. La incorporación masiva de la mujer a las fábricas de suministros militares será uno de los cambios sociales más significativos y un primer paso para su emancipación.
15.- Efectos sobre la capacidad productiva de los contendientes.
Fue una secuela importantísima. La actividad de los beligerantes (excepto EE. UU.), se orientó hacia las necesidades bélicas, en detrimento de las civiles. Europa dejó de ser la abastecedora industrial del Mundo, importando lo que antes producía. Consecuentemente, los nuevos países ultramarinos desarrollaron rápidamente su industria. Finalizada la Guerra, se reanudaron las actividades civiles, creándose una situación de superproducción latente que debía desembocar en una crisis al finalizar la reconstrucción. Esta situación se agravaría por los tratados de paz que dividieron Centroeuropa en un conjunto de nuevos Estados, que comenzaron a industrializarse. En realidad, esto tuvo una importancia reducida. Jaques Neré apunta que esta noción de superproducción es simplista, pues las necesidades insatisfechas eran inmensas. Para otros autores, sin embargo, este factor desembocó en la “Crisis de Reconversión” de 1921.
16.- Desorganización del sistema financiero y monetario de preguerra.
La Guerra influirá en este terreno de varios modos. Fundamentalmente, las monedas de los contendientes (excepto EE.UU.), abandonaron el patrón-oro, devaluándose variablemente. Entre 1924-26 todas las divisas se estabilizaron y volvieron a vincularse al oro. Empero, nunca se volvió íntegramente al patrón-oro tradicional, único mecanismo capaz de restablecer automáticamente el equilibrio económico. Otro factor fue que durante la inestabilidad monetaria, los capitales buscaron principalmente, la seguridad monetaria. Evitaron aquellos países en plena inflación y una moneda sin valor. Mientras tanto, se refugiaron en los que ofrecían mayores garantías. Nacía así, una masa de capitales flotantes que desequilibraba y falseaba la circulación monetaria normal.
La guerra convirtió a EE. UU. en el principal prestamista mundial. Al poseer una balanza comercial ampliamente excedentaria, los capitales flotantes se refugiaron allí, donde la estabilidad monetaria jamás había sido amenazada. Estos fenómenos podían haber estrangulado la economía mundial en beneficio de EE. UU. pero Sin embargo, éstos volvían a prestar al Mundo gran parte del dinero recibido, restableciéndose un equilibrio aparente. Estos créditos otorgados a países, en su mayor parte con crisis monetarias, eran a bajo interés y a corto plazo, que podían retirarse a la primera alarma. Una crisis financiera estadounidense podía trastornar toda la economía mundial, más amplia y rápidamente que en fechas anteriores, como, en efecto, ocurrirá en 1929.
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