
Nace el 26 de Enero del 1.946 en Badajoz, para inmediatamente volver al lugar en donde fue concebido, Socuéllamos, en el corazón mismo de la Mancha, lugar donde esquinan sus límites Albacete, Ciudad Real y Cuenca. Allí trascurre toda su infancia y juventud con los obligados paréntesis de los estudios en las dos primeras capitales antes citadas. Es pues en la llanura manchega y entre sus gentes, donde se forja su personalidad, y a lo largo de toda su obra se puede observar la influencia de este escueto y amplísimo paisaje.
En 1970 llega a Madrid en donde alterna su trabajo en una empresa financiera con sus estudios mercantiles. Felizmente casado en 1972, ubica su lugar de residencia en Alcorcón, en donde comienza a dar clases, se licencia en Geografía e Historia por la U.N.E.D. a la vez que continúa su labor en el sector antes citado.
Hacia principios de los años noventa empiezan a crecer sus inquietudes literarias abandonadas desde la juventud, y sucesivos premios a lo largo y ancho de España le hacen replantearse su vocación y dedicarse activamente a la escritura.
Desde entonces, la búsqueda del tiempo perdido es una constante en su poesía, así como la dialéctica del encuentro-desencuentro entre el poeta y la palabra, muchas veces elaborada desde una visión ascético–mística.
La investigación y la escritura, las colaboraciones, la promoción de asociaciones y revistas literarias llenan una parte importante de su vida en la actualidad.
El “Hermanos Argensola” de Barbastro, “Amantes de Teruel” en dos ocasiones, “Tomás Navarro Tomás” en La Roda , “Artifice” en Loja, el “Ciudad de Astorga”, “Raimundo Escribano” en Alicante, los “Aurelio Guirao” y “Luys Santamarina” en Cieza, el “Mario López” en Bujalance, “La bufanda” en Coslada son algunos de los premios cosechados por este extremeño-manchego residente en Alcorcón.
TE VOY A RESCATAR
Te voy a recatar de tus pedazos
y hacer un hombre nuevo
con tus sombras.
Procura no gritar,
habrá retales
que habremos de ofrecer a los gusanos
para que puedan
seguir dando su jugo a las adelfas
con todos los derribos de la tarde.
No te preocupes,
cuando te acabe
te habrás desabrazado de tu sombra
y el verbo habitarás como presenciaq.
Tuviste suerte
la noche en que
acercándote a mi esquina
pusiste entre mis labios un poema
y no pediste precio por mi boca.
Genial!!