El “Huapango” de Moncayo
Por. Isidoro A. Gómez Montenegro.
La música es la voluptuosidad
de la imaginación.
- Delacroix
José Pablo Moncayo murió en la ciudad de México el 16 de Junio de 1958, fue sepultado en el Panteón Español.
Pianista, percusionista, maestro de música, compositor y director de orquesta mexicano. Su capacidad para interpretar partituras a primera vista en piano lo llevo a ser admitido en el curso de composición en el Conservatorio Nacional.
El Huapango de Moncayo, su mayor aporte a la música mexicana, su trayectoria como director fue importante, duró menos de diez años (1944 – 1954). Fue Director de orquesta, su prominente carrera fue obstaculizada por el ambiente cultural complicado, las situaciones políticas adversas y su muerte prematura. Su obra no ha tenido la investigación académica debida. De acuerdo con Torres Chibrás, la carrera de Moncayo como director no ha sido estudiada a fondo, ni por investigadores nacionales, ni extranjeros.[]
José Antonio Alcaraz, musicólogo, reconocido crítico mexicano asegura: “El nacionalismo mexicano comprende un período cuyos límites cronológicos pueden, para efectos de estudio, ser trazados con precisión de 1928: el año de la fundación de la Orquesta Sinfónica de México, terminando tres décadas después, en 1958, con la muerte de José Pablo Moncayo García. Su muerte concuerda con el declive del movimiento nacionalista mexicano; resultado de la caída de los ideales de la Revolución mexicana.
Yolanda Moreno Rivas concluye: “La muerte de Moncayo en 1958 marcó el fin de la escuela de composición nacionalista. De la misma manera en que su obra sin seguidores sobrepasó y abolió el inocente uso del tema mexicanista, su muerte terminó con la preponderancia de un estilo de composición, cuya huella marcó la creación musical en México por más de tres décadas; a principio de los 60’s fue posible hablar del abandono definitivo del gran Fresco mexicano, del olvido del tono épico y de la búsqueda de nuevos factores estructurales en la composición”. La obra más famosa de Moncayo es su colorida pieza para orquesta, Huapango, su producción también incluye piezas menos conocidas, pero de alta calidad. Dentro de ellas se pueden considerar Amatzinac, para flauta y cuarteto de cuerdas (1935); su Sinfonía (1944); Sinfonietta (1945); Homenaje a Cervantes para dos oboes y orquesta de cuerdas (1947); su ópera La Mulata de Córdoba (1948) obra representativa en la cual las voces están manejadas con gran seguridad y corrección; Tierra de Temporal (1949); Muros Verdes para piano (1951); Bosques (1954) y el ballet Tierra (1958).
José Pablo Moncayo García, nació el 29 de junio de 1912, en Guadalajara, Jalisco. El Huapango de Moncayo está formado por sones veracruzanos: Siqui sirí, Balajú y Gavilancito, no es un solo tema sino un popurrí, que su autor llamó Huapango en homenaje geográfico del lugar en donde recogió el material.
Fue hijo de Francisco Moncayo Casillas y Juana García López. Sus primeros estudios musicales los realizó bajo la tutela del maestro Hernández Moncada. Posteriormente ingresó al Conservatorio Nacional de Música donde estudio composición con los maestros Candelario Huizar y Carlos Chávez. Para sostener sus estudios y ayudar al gasto familiar trabajó como pianista en cafés y estaciones de radio hasta que en 1931 se le presentó la oportunidad de trabajar como pianista y percusionista en la Orquesta Sinfónica de México que dirigía Carlos Chávez.
Contrajo matrimonio con Clara Elena Rodríguez del Campo con la cual procreó dos hijas: Claudia y Clara Elena. Continua con su sendero musical, Moncayo, en 1935 el conjunto de cámara llamado Grupo de los Cuatros, al lado de Daniel Ayala, Salvador Contreras y Blas Galindo, los Cuatro tenían la intención de dar a conocer sus obras en conciertos que organizaban periódicamente. La primera presentación del grupo se llevó a cabo el 25 de noviembre de 1935 en el Teatro Orientación de la Secretaria de Educación Pública.
En 1942 fue becado por el Instituto Berkshire para estudiar con Aoron Copland. Durante su estancia en el Instituto escribió su obra «Llano Grande». Dos años más tarde con la «Sinfonía No.1», ganó el concurso convocado por la Orquesta Sinfónica de México. En 1949 obtuvo el «Premio Chopin» con la Sinfonía «Tierra de Temporal», obras con un marcado arraigo a la naturaleza. Se dedicó a la docencia impartiendo cátedras de armonía, composición, dirección de coros y dirección de orquesta en el Conservatorio Nacional.
En 1944 se inició como director de orquestas, un año más tarde obtuvo la subdirección de la Orquesta Sinfónica de México de la cual fue director de 1946 a 1947. De 1949 a 1954 dirigió la Orquesta Sinfónica del Conservatorio, y de 1955 hasta su deceso. Familiarizado con las tendencias musicales de vanguardia, desarrolló un estilo musical que, partiendo de un lenguaje caracterizado por el acento en la mexicanidad, evoluciona hacía un estilo libre, personal y subjetivo. Destaca su facilidad para componer y desenvolver su capacidad creativa en géneros musicales tan dispares como Ballets, Música de Cámara, Ópera y piezas Sinfónicas.
Revista 59