Óscar Martín Centeno (Madrid, 1977) es Licenciado en Historia y Ciencias de la Música, ha realizado estudios de Filología Hispánica, creado la empresa Grupo Artístico y obtenido diversos galardones en el campo de la gestión cultural, y sobre todo, en el mundo de la creatividad poética.Durante los últimos cuatro años ha desarrollado diversos documentales y presentaciones multimedia sobre temas culturales y artísticos, para entidades como el Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía, el Museo Thyssen-Bornemisza, el Instituto Municipal del Libro, el Ayuntamiento de Málaga, el Ayuntamiento de San Sebastián de los Reyes, etc. En ellos utiliza las últimas técnicas de animación 3D, tipografía cinética y video arte, donde la música en directo y el uso de las nuevas tecnologías audiovisuales acompañan la lectura de los versos.Sus espectáculos han sido presentados como una nueva forma de entender y disfrutar la literatura, cosechando excelentes críticas, tanto por las propuestas literarias como por sus creaciones musicales y visuales.Su primer libro, “Espejos enfrentados”, obtuvo en 2006 el primer premio de poesía “Florentino Pérez-Embid”, que publicara Ediciones Rial en la Col Adonais. Su segundo, “Las cántigas del diablo”, se alzó en 2007 con el premio de poesía “Nicolás del Hierro”, que publicara el Ayuntamiento de aquella villa en la Col. Yedra, y desde el que tomamos el siguiente poema:
ERNEST, APURA EL RON
He mirado mi rostro en una copa
y lo he reconocido.
Hacía ya una década que no podía hacerlo.
Y ahora recupero la locura
que giraba en mi sangre,
el universo ardiendo donde hundía mis manos,
para hallar estas líneas que tejían
amor y sufrimiento, y sobre todo
este anhelo de acción que nunca cesa.
Muchas gracias, mon diable,
por devolverme el alma,
por entregarme un mundo que susurra
encima de mi lengua, sonriendo
como el vino que enciende el entusiasmo.
Ahora, atravesando St. Germain,
solo y ardiente hacia el Café des Amateurs,
el sol parte mi cara bendiciéndome,
y sonrío y enciendo la locura
como el mapa sin nombres de mi mente,
único plano con el cual me oriento.
Luego que venga, al despertar, la pena,
que en lugar de besarla
haremos el amor.