CUATRO SIGLOS DE ÓPERA, por Victor Pliego de Andrés, Catedrático de Historia de la Música del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid

TEATRO DE LA ÓPERA DE VERSALLES, PARIS

Los músicos del Renacimiento sufrieron una gran frustración. Mientras que sus colegas pintores, arquitectos y escultores tenían modelos antiguos que desenterrar y que copiar, ellos no tenían ejemplos musicales dela Antigüedadpara tomar como referencia. Apenas conocían (igual que ocurre actualmente) como sonaba la música dela AntiguaGreciay Roma. Solo se han descubierto algunos fragmentos de música escrita de aquellos tiempos, muy breves e insuficientes para poder realizar una reconstrucción verosímil. Por el contrario, los arquitectos disponían de abundantes materiales, aptos para restaurar el lenguaje arquitectónico de los órdenes clásicos, los escultores tenían esculturas exentas de mármol en las que fijarse, y los pintores algunas imágenes que les llevaron a reestablecer progresivamente el arte dela perspectiva. Loscompositores descubrieron los acordes y suavizaron las cadencias con dulces semitonías, pero no abandonaron el estrictomarco dela polifonía establecida durantela EdadMedia.Tuvieronque conformarse con ser continuadores de una tradición cercana con la que nunca llegaron a romper. El Humanismo impregnó las poesías de sus canciones y madrigales, pero no consiguió dar a la música un giro tan radical como el logrado en las otras artes.

No había música griega conocida, pero si un enorme caudal de información literaria, teórica, estética y filosófica, que hablaba sobre la importancia que la música tuvo en la vieja cultura griega. Tras estudios y reflexiones, los hombres del Renacimiento establecieron una hipótesis de cómo pudo haber sido aquella música dela GreciaAntigua.Averiguaronque la música estuvo insertada en el teatro, que fue cantada conforme a las inflexiones del texto hablado, y que tuvo acompañamientos instrumentales en un segundo plano. Cuando llevaron todo esto a la práctica, el Renacimiento estaba concluyendo y los impulsores de esta pretendida restauración alumbraron un nuevo género y un nuevo estilo: la ópera barroca.

La primera gran ópera que hoy conocemos es L’Orfeo, favola in musica con música de Monteverdi y libreto de Alessandro Striggio, estrenada en 1607, hace cuatrocientos años. Monteverde fue un compositor genial, una de las grandes mentes creadoras del Renacimiento, pero también lo fue del nuevo estilo barroco que ayudo a forjar. El Orfeo es una ópera que versa sobre el poder de la música, sobre su capacidad de comunicación, de persuasión, e incluso de volver a la vida a los muertos. La trama nos narra como el músico protagonista que da nombre a la obra conmueve a los dioses con su canto y consigue obtener su permiso para que su amada Eurídice, prematuramente fallecida, retorne con los vivos.

La ópera jugó un papel fundamental en la transformación de la música renacentista en música barroca. En el seno de la ópera aparecieron algunas de las innovaciones más importantes del lenguaje musical, como por ejemplo la melodía acompañada. Cantar acompañando la voz con acordes instrumentales es la fórmula más universalmente utilizada por la música occidental desde los albores del siglo XVII hasta nuestros días. Para comprobarlo basta con escuchar en la radio o en la televisión cualquier canción de moda. ¿Qué hay en común entre una canción de moda y una ópera primitiva? Qué ambas emplean un mismo tipo de escritura musical, una escritura basada en el canto acompañado con instrumentos. Con esta fórmula maestra, empleada una de las primeras veces en el Orfeo y otras óperas barrocas, dio comienzo una nueva era en la historia de la música occidental que aún no ha llegado a su fin. Aún no se ha descubierto otro recurso tan eficaz como aquel o que pueda sustituirlo.

 

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