VIVIR EN UN NAVÍO DEL SIGLO XVIII

El navío de línea del siglo XVIII fue la máquina de guerra más poderosa, compleja y avanzada de su ´poca. La construcción naval y las ciencias náuticas habían logrado un alto nivel tecnológico que mejoró con la seguridad y exactitud de la navegación pero no las duras condiciones de vida de unos oficiales, marinería y tropa disciplinados y sacrificados.
Las cubiertas de los barcos de línea, eran pintadas de rojo para mitigar el color de la sangre en los combates navales.

La dotación formada por oficiales, marinería y tropa, una vez embarcada, solo bajaba dos veces a tierra al cabo del mes para evitar deserciones. Vivía hacina en un ambiente húmedo, de atmósfera viciada, con escasas medidas higiénicas y mal alimentada a base de salazones de carne o pescado, menestras de arroz o garbanzos y quesos en días de temporal. El agua, el vino y el bizcocho o galleta, un pan que bien almacenado podía durar hasta dos años, contemplaban la dieta principal 

Vestimenta y equipaje de un soldado y marinero de los navíos del Rey. Diccionario demostrativo… del Marqués de la Victoria. Cádiz, 1719-1756. MN El reformismo borbónico llevó hasta los útimos detalles la implantación y sistematización del uniforme y equipaje para las travesías de la armada española

Estas condiciones propagaban enfermedades como el escorbuto, el reumatismo, la peste, la disentería, el tifus o las fiebrespútridas que se combatían limpiando y renovando el aire interior del barco.

La precaria salubridad hacía muy necesario el embarque de uno o dos médicos cirujanos con sus ayudantes que atendían la sanidad abordo, desembarcando a los enfermos al llegar a puerto.
Los instrumentos eran de su propiedad y un tanto primitivos: bálsamos, compresas emolientes, jarabes, sierras de diferentes tipos, cuchillos, bisturís, torniquetes, tenazas, pinzas y escalpelos. La asistencia sanitaria mejoró a lo largo del siglo XVIII gracias a la creción de los Colegios de Medicina.
Detalle de la disposición de las hamacas en un navío de 74 cañones, con la dotación descansando sobre las mismas

El alojamiento en un navío de distribuía de forma reglamentada. Los Pabellones más espaciosos eran la cámara y el camarote del Comandante y la cámara de oficiales situados a popa. Los oficiales dormían en camarotes múltiples mientras la tripulación y guarnición dormían en coys o hamacas colgados entre las piezas de artillería. Un sistema de descanso que los españoles conocieron con el descubrimiento de América y que aumentaba el espacio disponible, servía de defensa en los combates y facilitaba el descanso al contrarrestar el movimiento del buque.


Mobiliario para los camarotes de jefes y oficiales .Además de los aspectos puramente técnicos, lo prolongado de los viajes aconsejaba el cuidado de los detalles más pequeños para hacer más cómoda la vida a bordo.

Los retretes para los oficiales, denominados jardines o leoneras, eran voladizos cubiertos situados en los laterales de popa. En cambio los buques, retretes para la marinería y la tropa, eran tablas con los correspondientes orificios situados al aire libre en la proa del buque.

El almacenaje de las provisiones y pertrechos se distribuía entre los pañoles o almacenes del sollado y la bodega donde se establecía la despensa y seLa vida de una dotación de buque, no resultaba fácil. Debía enfrentarse a la peligrosidad de los viajes, el trabajo duro, las precarias condiciones de habitabilidad, la mala alimentación, las epidemias, la crudeza en los combates navales y la alta mortandad. Estas adversidades sólo se veían parcialmente paliadas por las diversiones y entretenimientos (en juegos de tabas, dados o naipes) con los que se ocupaba el tiempo libre.
Utensilios de la bodega de un navío. Diccionario demostrativo… del Marqués de la Victoria. Cádiz, 1719-1756. MN A partir del siglo XVII, en los buques de mayor tonelaje, la bodega estaba dividida en varias secciones y pañoles: cables de anclas, lastre, aguada y vino, cajas de balas, víveres, etc
  
Popa del Navío Inglés Victory, donde estuvo el Almirante Nelson en el combate de Trafalgar. Se pueden observar las vidrieras de los camarotes de jefes y oficiales. Foto: Vanguardia Especial
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